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Torre de Babel Ediciones

IDEALISMO TRASCENDENTAL – Kant – Constructivismo – a priori – Diccionario de Psicología

IDEALISMO

       El idealismo es la teoría filosófica para la cual la realidad es una consecuencia de la actividad del sujeto. Hay que tener cuidado con esta definición pues nadie niega que existen ciertas realidades que son consecuencia de la actividad del sujeto: los objetos artificiales los ha creado el hombre gracias a la intervención de su cuerpo, el artesano crea físicamente un objeto a partir del movimiento de sus manos y de la planificación de su mente; por otro lado, los objetos de la fantasía también dependen de nosotros, en este caso no de nuestro cuerpo sino de nuestra mente. Cuando se indica que para el idealismo la realidad es consecuencia de la actividad del sujeto no se quiere decir nada de lo anterior. Esa actividad no es la de los órganos corporales del sujeto, y la realidad creada de este modo no es una mera fantasía como en el caso de los productos de la imaginación. El idealismo considera que en el acto de conocimiento el sujeto que conoce influye en la realidad conocida, que la mente está sometida a unos procesos o mecanismos que determinan y construyen la realidad del objeto conocido. Un ejemplo claro de idealismo es el de la filosofía kantiana: Kant creyó que la mente impone a la realidad conocida características que son consecuencia de la propia naturaleza de la mente (el tiempo y el espacio, por ejemplo).

        El idealismo filosófico se contrapone al realismo filosófico. Podemos comprender qué es el idealismo si lo comparamos con el realismo, la posición filosófica opuesta:

1) para el realismo

  • la realidad conocida existe aunque nosotros no la conozcamos;

  • a la realidad conocida no le afecta para nada el hecho de que nosotros la conozcamos, su ser no queda modificado por el acto de conocimiento, por el hecho de haberla conocido o de estar ahora conociéndola;
    en resumen, la cosa conocida es independiente del sujeto cognoscente;

2) sin embargo, para el idealismo

  • la realidad conocida tiene existencia sólo en la medida en que nosotros la conocemos;

  • a la realidad conocida le afecta o influye el hecho de ser conocida por nosotros, es como es porque nosotros la conocemos;
    en resumen: la realidad conocida no es independiente del sujeto cognoscente.

 
    Por estas tesis, para muchos autores el idealismo no es otra cosa que una forma sofisticada de subjetivismo. El idealismo es una concepción filosófica difícil de aceptar, y ello precisamente porque parece contraria a nuestras convicciones más básicas; se suele indicar que el sentido común es realista que la actitud natural o espontánea de las personas es realista pues de forma espontánea tendemos a considerar que lo que conocemos (lo que percibimos, lo que nos enseña la ciencia) está en la realidad antes que lo conozcamos, que las cosas existen fuera de nuestro pensamiento.

 

       Se han dado distintas formas de idealismo, aunque curiosamente todas después de la filosofía cartesiana. Hasta la Edad Moderna la filosofía había sido realista, con distintas variantes y matices, pero en general realista. A partir de Descartes muchos autores han defendido el idealismo, seguramente como consecuencia del descubrimiento de la subjetividad como el ámbito de la evidencia absoluta y de la convicción cartesiana de que el objeto inmediato de nuestro conocimiento no es la realidad en sí misma sino la representación de la realidad en nuestra mente (las ideas). Las diferencias más importantes entre los sistemas filosóficos idealistas las tenemos en las dos cuestiones siguientes:

  • los límites en la tesis de que en el conocimiento el sujeto determina la realidad del objeto conocido: así para el idealismo de Berkeley, Dios y las otras mentes existen de modo independiente al propio pensamiento (no es idealista respecto de su realidad), pero las cosas materiales agotan su ser en ser percibidas, en ser conocidas (sí es idealista respecto de su realidad); para Kant nuestra mente influye en el objeto conocido, pero más allá de la realidad conocida hay otra realidad plena, independiente de nuestro pensamiento, incognoscible pero cierta: la cosa en sí; para el idealismo hegeliano, todo es producto del pensamiento, no existe esa supuesta realidad en sí que esté más allá de lo conocido;

  • el problema de identificar quién es el sujeto que realiza las distintas síntesis o actividades de conocimiento: para Berkeley el sujeto cognoscente es el hombre concreto, cada persona que percibe y piensa; para Kant el sujeto cognoscente no se puede identificar con el sujeto empírico, con el sujeto que se ofrece en la experiencia y cuya mente se da ya en el tiempo y cuyo cuerpo en el tiempo y en el espacio. Kant no aclaró adecuadamente quién o qué es el sujeto del cual se predican las categorías y el resto de estructuras aprióricas que influyen en el conocimiento y al que llamó sujeto trascendental. Para Hegel el sujeto del pensamiento en el que se muestra y se crea la realidad no es el hombre concreto, el sujeto empírico; este filósofo habla de la Razón, la razón con mayúscula, que parece identificar con lo que ordinariamente llamamos Dios o Infinito.

        Kant utilizó la expresión «idealismo trascendental» para designar su propia filosofía y distinguirla del idealismo de Berkeley. Lo esencial de esta doctrina es la afirmación de que el conocimiento humano sólo puede referirse a losfenómenos  y no a las cosas en sí mismas ni a las supuestas realidades trascendentes o metafísicas. Esta tesis implica, en primer lugar, que en la experiencia de conocimiento el psiquismo humano influye en el objeto conocido, y, en segundo lugar, la afirmación de los límites del conocimiento humano. En su análisis del conocimiento humano, Kant estudió cada una de las facultades cognoscitivas del ser humano, principalmente para descubrir qué depende de la experiencia y qué del propio dinamismo y estructura del psiquismo. Las facultades cognoscitivas son tres: la Sensibilidad o capacidad para tener sensaciones, el Entendimiento o capacidad para disponer de conceptos y construir juicios o proposiciones y la Razón o capacidad para argumentar. En cada una de ellas encontró un aspecto o dimensión empírica, consecuencia del trato que el sujeto tiene con el mundo, y una dimensión a priori, que es lo que el sujeto aporta o pone en el conocimiento, y en este sentido es anterior a la experiencia

        La relevancia de Kant para la psicología es múltiple: por una parte, negó la posibilidad de construir teorías puramente racionalistas sobre el psiquismo, rechazando la llamada «psicología racional» del alma y proponiendo el desarrollo de lo que se ha dado en llamar «psicología empírica» de la mente (de los «fenómenos psíquicos»). Pero más interesante resulta su consideración de que el psiquismo, el sujeto, es activo, no pasivo (no un «papel en blanco», al estilo de la concepción empirista). En el conocimiento el sujeto aporta algo, trabaja sobre los datos inmediatos que se ofrecen a la experiencia, los estructura, les da una forma, procurando distintas formas de orden y sentido a la experiencia. Con estas ideas, se puede afirmar que Kant es un claro antecedente de algunas tesis y teorías psicológicas de claro interés, desde la noción de «apercepción» de Wundt hasta las teorías cognitivas y constructivistas de tanta relevancia en la psicología científica reciente.

 

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