Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano Selección de artículos de una de las más importantes y clásicas Enciclopedias en lengua española
Mitología griega e historia de los grandes hombres de Grecia Sencilla exposición de la mitología griega, historia de los héroes, semidioses y hombres célebres griegos. Por Fernán Caballero.
Edición digital de la Historia de la Filosofía de Jaime Balmes
Explicación de la filosofía de los principales pensadores, resúmenes, ejercicios..
Breve definición de los términos y conceptos filosóficos más importantes
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Índices y sumarios de las obras clásicas del pensamiento
Directorio y breve descripción de revistas de filosofía en español editadas en la red
Foro telemático dedicado a José Ortega y Gasset
Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)
Explicación de los principales conceptos, tesis y escuelas en el área de la Psicología
Manual del filósofo y psicólogo español J. Vicente Viqueira
Principales conceptos de esa ciencia. Por el catedrático de economía José Manuel Piernas Hurtado
Legislación educativa y cultural
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BRINDAR¿De dónde nace esta costumbre? ¿Arranca su origen de la época en que el hombre empezó a beber? Parecía natural que bebiéramos el vino a nuestra salud, pero no a la salud de los demás. El propino de los griegos, que luego adoptaron los romanos, no significaba: «Bebo para desearos buena salud»; significaba: «Bebo antes que vos para daros el ejemplo; os invito a beber.» En el regocijo de los festines bebían para celebrar a sus queridas y no para desearles que gozaran buena salud. Los ingleses, que se jactan de reproducir muchas costumbres de la antigüedad, brindan por el honor de las damas, a lo que llaman fausto, y es entre ellos objeto de controversia si una dama es o no digna de tal honor. Brindaban en Roma por las victorias de Augusto y por que recuperase la salud perdida. Dión Casio refiere que después de la batalla de Actium decretó el Senado que en todas las comidas, después del segundo plato, brindaran los ciudadanos de Roma por dicho triunfo. Es verosímil que en tan extraño decreto, dictado por la adulación más baja, se introdujera voluntariamente esa adulación. En una de las odas de Horacio se encuentra algo parecido a la frase moderna, hoy en uso, que dice: «Hemos brindado a la salud de Vuestra Majestad.» De aquí probablemente dimanó el uso entre las naciones bárbaras de brindar por la salud de sus convidados, costumbre absurda, porque aunque se vacíen cuatro botellas, el beberlas no conseguirá mejorar la salud de las personas en cuyo obsequio se beben. El Diccionario de Trevoux dice «que no se debe brindar por la salud de los superiores en su presencia». Esto es verdad en Francia y en Alemania; pero en Inglaterra es costumbre admitida; hay menos distancia de hombre a hombre en Londres que en Viena. Es un acto importante en Inglaterra brindar por la salud del príncipe pretendiente al trono; equivale a declararse partidario suyo, y les costó muy caro a algunos escoceses e irlandeses haber brindado por la salud de los Estuardo. Brindaron todos los whigs después de la muerte del rey Guillermo, no a su salud, sino a su memoria. El tory Brown, obispo de Cork, en Irlanda, enemigo mortal de Guillermo, dijo que pondría tapón a todas las botellas que se bebieran para celebrar la gloria de dicho monarca, porque en inglés cork significa tapón. No se contentó dicho obispo con hacer este juego de palabras, sino que en 1702 escribió un folleto que contiene los mandamientos de su país para convencer a los irlandeses de que es impío brindar por la salud de los reyes y brindar por su memoria, porque es profanar las palabras de Jesucristo, que dicen: «Bebed todos; hacedlo a mi memoria.» Es sorprendente que el citado obispo no fuese el primero que concibió semejante demencia. Antes que él, el presbiteriano Prynne escribió un libro voluminoso contra la costumbre impía de beber a la salud de los cristianos. Uno de los curas que hubo en la parroquia de Santa Fe, llamado Juan Geré, publicó un libro titulado La divina poción para conservar la salud espiritual y para curar la enfermedad crónica de brindar por la salud, con argumentos claros y sólidos contra esa costumbre criminal, para la satisfacción del público Ni los reverendos frailes franceses Farasse, Patouillet y Nonotte escribieron nada superior a estas profundidades inglesas. Mucho tiempo estuvieron luchando las dos naciones para ver cuál de las dos diría más tonterías. |
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