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Mitología de la juventud – Capítulo XXXV – Prometeo y Deucalión
F. ¿Quién era Prometeo
R. Prometeo era hijo de Jápeto y de Clímene, una de las Oceánides. Se sabe que robó el fuego del cielo para animar a un hombre, que había hecho de barro, y que Júpiter se enojó tanto por ello que le envió, por medio de Pandora, una caja en que se hallaban encerrados todos los males que afligen al género humano.
P. ¿Aceptó Prometeo esta peligrosa dádiva?
R. No: sospechó el engaño y artificio de Júpiter, y en consecuencia dirigió a Pandora a su hermano Epimeteo, el cual la tomó por esposa.
P. ¿Se contentó Júpiter con esta venganza?
R. No: mandó a Mercurio que encadenase a Prometeo sobre el monte Cáucaso, en donde un buitre le devoraría las entrañas, que renacerían sin cesar, para que su tormento fuese eterno; sin embargo, después de haber sufrido treinta años este suplicio fue libertado por Hércules.
P. ¿No tuvo un hijo Prometeo
R. Sí: tuvo a Deucalión, que se casó con Pirra, hija de su tío Epimeteo. Durante su reinado, el género humano fue destruido por un diluvio universal. Deucalión y Pirra, su mujer, fueron los únicos que se salvaron en un buque construido por Deucalión
P. ¿Qué les aconteció después?
R. Luego que acabó el diluvio, fueron a consultar el oráculo de Temis, sobre el modo de volver a poblar el universo, y les respondió que echasen hacia atrás los huesos de su madre.
P. ¿Obedecieron a tan extraño mandato?
R. Sí: comprendieron, con razón, que su madre era la tierra, y que por sus huesos el oráculo entendía las piedras, obedecieron pues; las piedras que arrojaba Deucalión se convertían en hombres, y las que tiraba Pirra en mujeres.