DICCIONARIO FILOSÓFICO DE ARISTÓTELES accidente identidad, heterogeneidad |
|
Para que haya mutilación, es preciso que la esencia persista; cuando una copa se mutila, es aún una copa. Ahora bien, el numero, después de la mutilación, no queda el mismo. No basta, sin embargo, para que haya mutilación, que las partes del objeto sean diferentes. Hay números, cuyas partes difieren: estas partes pueden ser dos y tres. En general, no hay mutilación respecto de las cosas en que la colocación de las partes es indiferente, como el fuego y el agua; para que haya mutilación, es preciso que la colocación de las partes afecte a la esencia misma del objeto. Es preciso, además, que haya continuidad; porque hay en una armonía tonos diferentes dispuestos en un orden determinado, y sin embargo, no se dice jamás que se mutila una armonía. Unid a esto que esta expresión no se aplica ni a todo conjunto, cualquiera que él sea, ni a un conjunto privado de una parte cualquiera. No es preciso arrancar las partes constitutivas de la esencia; el punto que ocupaban las partes no es tampoco indiferente. No se dice mutilada una copa por estar rajada; lo está cuando el asa o el borde han sido arrancados. Un hombre no esta mutilado por haber perdido parte de la gordura o el bazo, sino si ha perdido alguna extremidad; y esto no respecto a todas las extremidades; es preciso que sea tal que, una vez mutilada, no pueda reproducirse jamás. Por esto no se dice de los calvos que están mutilados. Aristóteles, Metafísica, libro V, 27 |
© TORRE DE BABEL EDICIONES – Edición: Javier Echegoyen – Aviso legal y política de privacidad |