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Torre de Babel Ediciones

Cousin – Historia de la Filosofía de Jaime Balmes

Historia de la Filosofía

Explicación de la filosofía de los principales pensadores, resúmenes, ejercicios…

HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

JAIME BALMES (1810-1848) – Índice general

Historia de la Filosofía  – Jaime Balmes                                                                     Capítulo LXI – COUSIN

LXI – COUSIN

Victor Cousin - Historia de la filosofía345. En las fuentes de las escuelas alemanas han bebido varios de los filósofos franceses, entre los que descuella M. Cousin, a quien por la multitud y volumen de sus obras y su incontestable talento miran algunos como el oráculo de la filosofía francesa. Ha fundado en Francia el eclecticismo (XXIX); a imitación de otros eclécticos, reúne en su sistema el panteísmo, el cristianismo, el arte, la historia, la filosofía, la religión: todo se halla en sus escritos; los pasajes por los cuales se le inculpa son los más terminantes, y sin embargo él se defiende, y se queja de la injusticia con una serenidad admirable. Como en sus obras se encuentra todo, apenas hay un pasaje a que no pudiera responder con otro pasaje.
¿Queréis combatir el panteísmo? M. Cousin dice: «El panteísmo destruye la noción recibida de Dios y de la Providencia: en el fondo es un verdadero ateísmo.» (Fragmentos filosóficos.)
¿Queréis ser panteísta? M. Cousin dice: «Si Dios no es todo, es nada… El ser absoluto es triple, es decir, es a un mismo tiempo Dios, Naturaleza, Humanidad.» (Ibid.)
¿Queréis otra vez rechazar el panteísmo? M. Cousin está a vuestro lado; también él rechaza la acusación de panteísta como una calumnia, y asegura «que no confunde a Dios con el Universo». (Ibid.)
¿Queréis de nuevo ser panteísta? M. Cousin dice: «El ser absoluto, conteniendo en su seno el yo y no yo finito, y formando, por decirlo así, el fondo idéntico de todas las cosas, uno y muchos a un tiempo, uno por la sustancia, muchos por los fenómenos, se aparece a sí mismo en la conciencia humana.» (Curso de 1818.) Y para que no se crea que ésta es una expresión que se escapa inadvertidamente, M. Cousin establece que «no puede haber más que una sustancia».
¿Queréis un Dios? Hallaréis este nombre en muchos pasajes de M. Cousin. Pero es preciso entender que, según dice él mismo, «su Dios no es el Dios muerto de la escolástica», y probablemente no ignoráis que el Dios de los escolásticos no era otro que el Dios de los cristianos; es decir un espíritu infinito, criador, ordenador, y conservador de todo.
¿Queréis la creación? También esta palabra se halla en las obras de M. Cousin. Pero ¿sabéis de qué creación os habla? De una creación necesaria, en la cual Dios no ha tenido libertad: «Dios es a un tiempo sustancia y causa: siempre sustancia y siempre causa, no siendo sustancia sino en cuanto es causa, ni causa sino en cuanto es sustancia.» (Frag. filos.) «Dios, no siendo dado sino como causa absoluta, no puede en mi concepto dejar de producir; por manera que la creación cesa de ser ininteligible: y así como no hay Dios sin mundo, no hay mundo sin Dios.» (Ibid.)
¿Queréis ser cristiano, y hasta obediente hijo de la Iglesia? M. Cousin os da un ejemplo edificante: «¿Qué puede haber —dice— entre mí y la escuela teológica? ¿Por ventura soy yo un enemigo del cristianismo y de la Iglesia? En los muchos cursos que he hecho y libros que he escrito, ¿se puede acaso encontrar una sola palabra que se aparte del respeto debido a las cosas sagradas? Que se me cite una sola dudosa o ligera, y la retiro, la repruebo como indigna de un filósofo.» (Ibid., pref.)
Pero ¿queréis no ser cristiano, queréis una religión fácil, para cuya profesión os baste el estudio de la física y de la química, por manera que vuestro Dios no sea más que un conjunto de verdades, y así os libréis hasta de la posibilidad de ser ateo? M. Cousin dice: «No hay ateos: el que hubiese estudiado todas las leyes de la física y de la química, aun cuando no resumiese su saber bajo la denominación de verdad divina o de Dios, sería, no obstante, más religioso, o si se quiere sabría más sobre Dios que quien después de haber recorrido dos o tres principios como el de la razón suficiente o el de causalidad, hubiese formado desde luego un todo al que llamara Dios. No se trata de adorar un nombre, Dios, sino de encerrar en este título el mayor número de verdades posibles, pues que la verdad es la manifestación de Dios
»Para saber si alguno cree en Dios, yo le preguntaría si cree en la verdad; de donde se sigue que la teología natural no es más que la ontología, y que la ontología está en la psicología. La verdadera religión no es más que esta palabra añadida a la idea de verdad, ella es.» (Ibid.) (V.Cartas a un escéptico en materia de religión, X.)

346. Tal es M. Cousin; el que quiera nutrirse de doctrinas panteístas y de otros graves errores contra la religión, lea las obras de M. Cousin, y allí aprenderá otra cosa muy importante para semejantes casos, y es el negarse a sí propio, el no tener el valor de las propias doctrinas, el sostener el sí y el no con la mayor serenidad.

Historia de la Filosofía  – Jaime Balmes                                                                     Capítulo LXI – COUSIN

Capítulo LX – Lamennais                                                                                           Capítulo LXII – Krause

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