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Torre de Babel Ediciones

Santo Tomás de Aquino – Filosofía Medieval y Cristiana – Constitutivo Formal

HISTORIA DE LA FILOSOFÍA- VOCABULARIO FILOSÓFICO


SANTO TOMÁS

Ejercicios  –  Textos

RESUMEN de su pensamiento  –  INFLUENCIAS Y REPERCUSIONES

Conceptos fundamentales explicados

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Constitutivo Formal

Atributo que mejor define a la divinidad, el existir por sí mismo.  

Recibe este título la característica que desde nuestro punto de vista es más típica o esencial de Dios. Hay que decir «desde nuestro punto de vista» puesto que en Dios, a diferencia de las cosas finitas, todas las propiedades son esenciales y ninguna accidental, aunque alguna se nos presente como más característica o definitoria de su realidad. El constitutivo formal  es el «esse subsistens», es el ser subsistente, la característica de existir a partir de sí mismo; esta es la nota típica de Dios porque ninguna entidad finita, ni siquiera los ángeles, está dotada de autonomía radical o absoluta, por lo que necesita de otra cosa para existir, y en último término de Dios mismo.

  Ver atributos divinos.

Santo Tomás – Esquema de su pensamiento – Resumen de la filosofía tomista para la preparación de la PAU (prueba de acceso a la universidad)

imageTEXTOS DE SANTO TOMÁS

Para Santo Tomás, el rasgo más característico y exclusivo de Dios es el hecho de que Él se identifica con su esencia pero también con su existencia, frente a todas las criaturas, que tienen la existencia como un añadido a su ser (mejor: como un don), por lo que les corresponde la posibilidad radical de no existir.

Dios no es sólo su esencia, como quedó demostrado (a.3), sino también su existencia. Lo cual se puede demostrar de muchas maneras. 1) Porque todo lo que se da en un ser y no pertenece a su esencia, tiene que ser causado, bien por los principios de su esencia, como ocurre con los accidentes de la especie. Ejemplo: El poder reír es propio del hombre y brota de los principios de su esencia.  O bien por algo externo. Ejemplo: El calor del agua está causado por el fuego. Si, pues, en un ser su existencia es distinta a su esencia, es necesario que la existencia de dicho ser esté causada por algo externo a él o por los principios propios de su esencia. No obstante, es imposible que los propios principios de la esencia de un ser causen su existencia, porque todo ser creado no es causa de su propio existir; por eso, siendo distintas en él esencia y existencia, la existencia tiene que ser causada por otro. Nada de todo esto se puede aplicar a Dios, pues sostenemos que Dios es la primera causa eficiente. Por lo tanto, es imposible que en Dios una cosa sea su existencia y otra su esencia.
2) Existir es la forma o naturaleza en acto. De hecho, la bondad o la humanidad no estarían en acto si no tuvieran lo que nosotros entendemos por existir. Es necesario, pues, que entre la existencia y esencia en un ser veamos la misma relación que hay entre la potencia y el acto. Como quiera que en Dios nada es potencial, como quedó demostrado (a.1), se deduce que en Él no hay distinción entre su esencia y su existencia. Así, pues, su esencia es su existencia.
3) Así como lo que tiene fuego y no es fuego es fuego por participación, de la misma forma lo que tiene existencia y no es existencia, es ser por participación. Por su parte, Dios es su esencia, como quedó demostrado (a.3). Si, en cambio, no fuera su propia existencia, sería ser por participación, no por esencia. Tampoco sería el primer ser; y sostener esto es absurdo. Por lo tanto, Dios es su propio existir y no sólo su esencia.

Santo Tomás, Suma Teológica I, cuestión 3, artículo 4

Edición en papel:
Historia de la Filosofía. Volumen 2: Filosofía Medieval y Moderna.
Javier Echegoyen Olleta. Editorial Edinumen.
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