Editorial: Imprenta La Rafa. Madrid, 1929. XXII, 238 p.;23 cm
Introducción – Balmes
I- Su vida y sus obras
II – Su filosofía
EL CRITERIO
CAPÍTULO I – CONSIDERACIONES PRELIMINARES
§ I. En qué consiste el pensar bien. Qué es la verdad
§ II. Diferentes modos de conocer la verdad
§ III. Variedad de ingenios
§ IV. La perfección de las profesiones depende de la perfección con que se conocen los objetos de ellas
§ V. A todos interesa el pensar bien
§ VI. Cómo se debe enseñar a pensar bien
CAPÍTULO II – LA ATENCIÓN
§ I. Definición de la atención. Su necesidad
§ II. Ventajas da la atención e inconvenientes de su falta
§ III. Cómo debe ser la atención. Atolondrados y ensimismados
§ IV. Las interrupciones
CAPÍTULO III – ELECCIÓN DE CARRERA
§ I. Vago significado de la palabra talento
§ II. Instinto que nos indica la carrera que mejor se nos adapta
§ III. Experimento para discernir el talento peculiar de cada niño
CAPÍTULO IV – CUESTIONES DE POSIBILIDAD
§ I. Una clasificación de los actos de nuestro entendimiento y de las cuestiones que se le pueden ofrecer
§ II. Ideas de posibilidad e imposibilidad. Sus clasificaciones
§ III. En qué consiste la imposibilidad metafísica o absoluta
§ IV. La imposibilidad absoluta y la omnipotencia divina
§ V. La imposibilidad absoluta y los dogmas
§ VI. Idea de la imposibilidad física o natural
§ VII. Modo de juzgar de la imposibilidad natural
§ VIII. Se deshace una dificultad sobre los milagros de Jesucristo
§ IX. La imposibilidad moral u ordinaria
§ X. Imposibilidad de sentido común, impropiamente contenida en la imposibilidad moral
CAPÍTULO V – CUESTIONES DE EXISTENCIA. CONOCIMIENTO ADQUIRIDO POR EL TESTIMONIO INMEDIATO DE LOS SENTIDOS
§ I. Necesidad del testimonio de los sentidos, y los diferentes modos con que nos proporcionan el conocimiento de las cosas.
§ II. Errores en que incurrimos por ocasión de los sentidos. Su remedio. Ejemplos
§ III. Necesidad de emplear en algunos casos más de un sentido para la debida comparación
§ IV. Los sanos de cuerpo y enfermos de espíritu
§ V. Sensaciones reales, pero sin objeto externo. Explicación de este fenómeno
§ VI. Maniáticos y ensimismados
CAPÍTULO VI – CONOCIMIENTO DE LA EXISTENCIA DE LAS COSAS ADQUIRIDO MEDIATAMENTE POR LOS SENTIDOS
§ I. Transición de lo sentido a lo no sentido
§ II. Coexistencia y sucesión
§ III. Dos reglas sobre la coexistencia y la sucesión
§ IV. Observaciones sobre la relación de causalidad. Una regla de los dialécticos
§ V. Un ejemplo
§ VI. Reflexiones sobre el ejemplo anterior
§ VII. La razón de un acto que parece instintivo
CAPÍTULO VII – LA LÓGICA ACORDE CON LA CARIDAD
§ I. Sabiduría de la ley que prohíbe los juicios temerarios
§ II. Examen de la máxima piensa mal y no errarás
§ III. Algunas reglas para juzgar de la conducta de los hombres
CAPÍTULO VIII – DE LA AUTORIDAD HUMANA EN GENERAL
§ I. Dos condiciones necesarias para que sea valedero un testimonio
§ II. Examen y aplicaciones de la primera condición
§ III. Examen y aplicaciones de la segunda condición
§ IV. Una observación sobre el interés en engañar
§ V. Dificultades para alcanzar la verdad en mediando mucha distancia del lugar o tiempo
CAPÍTULO IX – LOS PERIÓDICOS
§ I. Una ilusión
§ II. Los periódicos no lo dicen todo sobre las personas
§ III. Los periódicos no lo dicen todo sobre las cosas
CAPÍTULO X – RELACIONES DE VIAJE
§ I. Dos partes muy diferentes en las relaciones de viajes.
§ II. Origen y formación de algunas relaciones de viajes
§ III. Modo de estudiar un país
CAPÍTULO XI – HISTORIA
§ I. Medio para ahorrar tiempo, ayudar la memoria y evitar errores en los estudios históricos
§ II. Distinción entre el fondo del hecho y sus circunstancias. Aplicaciones
§ III. Algunas reglas para el estudio de la Historia
CAPÍTULO XII – CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL MODO DE CONOCER LA NATURALEZA, PROPIEDADES Y RELACIONES DE LOS SERES.
§ I. Una clasificación de las ciencias
§ II. Prudencia científica y observaciones para alcanzarla
§ III. Los sabios resucitados
CAPÍTULO XIII – LA BUENA PERCEPCIÓN
§ I. La idea
§ II. Regla para percibir bien
§ III. Escollo del análisis
§ IV. El tintorero y el filósofo
§ V. Objetos vistos por una sola cara
§ VI. Inconvenientes de una percepción demasiado rápida
CAPÍTULO XIV – EL JUICIO
§ I. Qué es el juicio. Manantiales de error
§ II. Axiomas falsos
§ III. Proposiciones demasiado generales
§ IV. Las definiciones inexactas
§ V. Palabras mal definidas. Examen de la palabra igualdad
§ VI. Suposiciones gratuitas. El despeñado
§ VII. Preocupación en favor de una doctrina
CAPÍTULO XV – EL RACIOCINIO
§ I. Lo que valen los principios y las reglas de la dialéctica
§ II. El silogismo. Observaciones sobre este instrumento dialéctico
§ III. El entimema
§ IV. Reflexiones sobre el término medio
§ V. Utilidad de las formas dialécticas
CAPÍTULO XVI – NO TODO LO HACE EL DISCURSO
§ I. La inspiración
§ II. La meditación
§ III. Invención y enseñanza
§ IV. La intuición
§ V. No está la dificultad en comprender, sino en atinar. El jugador de ajedrez. Sobieski. Las víboras de Aníbal.
§ VI. Regla para meditar
§ VII. Carácter de las inteligencias elevadas. Notable doctrina de Santo Tomás de Aquino.
§ VIII. Necesidad del trabajo
CAPÍTULO XVII – LA ENSEÑANZA
§ I. Dos objetos de la enseñanza. Diferentes clases de profesores
§ II. Genios ignorados de los demás y de sí mismos
§ III. Medios para descubrir los talentos ocultos y apreciarlos en su valor
§ IV. Necesidad de los estudios elementales
CAPÍTULO XVIII – LA INVENCIÓN
§ I. Lo que debe hacer quien carezca del talento de invención
§ II. La autoridad científica
§ III. Modificaciones que ha sufrido en nuestra época la autoridad científica
§ IV. El talento de invención. Carrera del genio
CAPÍTULO XIX – EL ENTENDIMIENTO, EL CORAZÓN Y LA IMAGINACIÓN
§ I. Discreción en el uso de las facultades del alma. La reina Dido. Alejandro.
§ II. Influencia del corazón sobre la cabeza. Causas y efectos
§ III. Eugenio. Sus transformaciones en veinticuatro horas
§ IV. Don Marcelino. Sus cambios políticos
§ V. Anselmo. Sus variaciones sobre la pena de muerte
§ VI. Algunas observaciones para precaverse del mal influjo del corazón
§ VII. El amigo convertido en monstruo
§ VIII. Cavilosas variaciones de los juicios políticos
§ IX. Peligros de la mucha sensibilidad. Los grandes talentos. Los poetas
§ X. El poeta y el monasterio
§ XI. Necesidad de tener ideas fijas
§ XII. Deberes de la oratoria, de la poesía y de las bellas artes
§ XIII. Ilusión causada por los pensamientos revestidos de imágenes
CAPÍTULO XX – FILOSOFÍA DE LA HISTORIA
§ I. En qué consiste la filosofía de la historia. Dificultad de adquirirla
§ II. Se indica un medio para adelantar en la filosofía de la historia
§ III. Aplicación a la historia del espíritu humano
§ IV. Ejemplo sacado de las fisonomías, que aclara lo dicho sobre el modo de adelantar en la filosofía de la historia
CAPÍTULO XXI – LA RELIGIÓN
§ I. Insensato discurrir de los indiferentes en materias de religión
§ II. El indiferente y el género humano
§ III. Tránsito del indiferentismo al examen. Existencia de Dios
§ IV. No es posible que todas las religiones sean verdaderas
§ V. Es imposible que todas las religiones sean igualmente agradables a Dios
§ VI. Es imposible que todas las religiones sean una invención humana
§ VII. La revelación es posible
§ VIII. Solución de una dificultad contra la revelación
§ IX. Consecuencias de los párrafos anteriores
§ X. Existencia de la revelación
§ XI. Pruebas históricas de la existencia de la revelación
§ XII. Los protestantes y la Iglesia católica
§ XIII. Errado método de algunos impugnadores de la religión
§ XIV. La mas alta filosofía acorde con la fe
§ XV. Quien abandona la religión católica no sabe dónde refugiarse
Capitulo XXII – EL ENTENDIMIENTO PRÁCTICO
§ I. Una clasificación de acciones
§ II. Dificultad de proponerse el debido fin
§ III. Examen del proverbio: cada cual es hijo de sus obras
§ IV. El aborrecido
§ V. El arruinado
§ VI. El instruido quebrado y el ignorante rico
§ VII. Observaciones. La cavilación y el buen sentido
§ VIII. Delicadeza de ciertos fenómenos intelectuales en sus relaciones con la práctica
§ IX. Los despropósitos
§ X. Entendimientos torcidos
§ XI. Inhabilidad de dichos hombres para los negocios
§ XII. Este defecto intelectual suele nacer de una causa moral
§ XIII. La humildad cristiana en sus relaciones con los negocios mundanos
§ XIV. Daños acarreados por la vanidad y la soberbia
§ XV. El orgullo
§ XVI. La vanidad
§ XVII. La influencia del orgullo es peor para los negocios que la de la vanidad
§ XVIII. Cotejo entre el orgullo y la vanidad
§ XIX. Cuán general es dicha pasión
§ XX. Necesidad de una lucha continua
§ XXI. No es sólo la soberbia lo que nos induce a error al proponernos un fin
§ XXII. Desarrollo de fuerzas latentes
§ XXIII. Al proponernos un fin debemos guardarnos de la presunción y de la excesiva desconfianza
§ XXIV. La pereza
§ XXV. Una ventaja de la pereza sobre las demás pasiones
§ XXVI. Origen de la pereza
§ XXVII. Pereza del espíritu
§ XXVIII. Razones que confirman lo dicho sobre el origen de la pereza
§ XXIX. La inconstancia: su naturaleza y origen
§ XXX. Pruebas y aplicaciones
§ XXXI. El justo medio entre dichos extremos
§ XXXII. La moral es la mejor guía del entendimiento práctico
§ XXXIII. La armonía del universo defendida con el castigo
§ XXXIV. Observaciones sobre las ventajas y desventajas de la virtud en los negocios
§ XXXV. Defensa de la virtud contra una inculpación injusta
§ XXXVI. Defensa de la sabiduría contra una inculpación infundada
§ XXXVII. Las pasiones son buenos instrumentos, pero malos consejeros
§ XXXVIII. La hipocresía de las pasiones
§ XXXIX. Ejemplo: la venganza bajo dos formas
§ XL. Precauciones
§ XLI. Hipocresía del hombre consigo mismo
§ XLII. El conocimiento de sí mismo
§ XLIII. El hombre huye de sí mismo
§ XLIV. Buenos resultados de reflexionar sobre las pasiones
§ XLV. Sabiduría de la religión cristiana en la dirección de la conducta
§ XLVI. Los sentimientos morales auxilian la virtud
§ XLVII. Una regla para los juicios prácticos
§ XLVIII. Otra regla
§ XLIX. El hombre riéndose de sí mismo
§ L. Perpetua niñez del hombre
§ LI. Mudanza de D. Nicasio en breves horas
§ LII. Los sentimientos, por sí solos, son mala regla de conducta
§ LIII. No impresiones sensibles, sino moral y razón
§ LIV. Un sentimiento bueno, la exageración lo hace malo
§ LV. La ciencia es muy útil a la práctica
§ LVI. Inconvenientes de la universalidad
§ LVII. Fuerza de la voluntad
§ LVIII. Firmeza de voluntad
§ LIX. Firmeza, energía, ímpetu
§ LX. Conclusión y resumen