DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO HISPANO-AMERICANO(1887-1910) |
AQUILES, héroe griego (mitología griega)AQUILESMitología. Héroe tesaliano, hijo de Peleo, rey de los mirmidones, y de una diosa del mar particularmente llamada en la comarca la nereida Tetis; su abuelo fue Eaco, descendiente de Júpiter. Las circunstancias maravillosas del nacimiento e infancia de Aquiles parecen de invención posterior a la Ilíada, toda vez que ésta no hace alusión alguna. En contra de la tradición homérica, dice el poema hexiódico el Oeginicos que Peleo tuvo de Tetis muchos hijos, y que cuando nacían la madre los sujetaba a la prueba de la inmortalidad, la cual consistía en meterlos en un caldero de agua hirviendo; añade la leyenda que Peleo perdió así muchos hijos, llegando a tiempo de salvar a Aquiles. Pero según la tradición general transmitida por Apolodoro, cuando Tetis dio a luz a Aquiles, para destruir en él los elementos de mortalidad heredados de su padre, mientras éste dormía, puso la criatura a fuego durante la noche y al despuntar la aurora lo perfumó con ambrosía. Peleo descubrió el secreto de Tetis y al ver el niño colocado sobre la llama del hogar lanzó un grito de terror; Tetis, al ver que no podía cumplir su propósito, abandonó a su marido y a su hijo para retirarse con las Nereidas. Este relato debe estar tomado de la leyenda de Demeter y Demofón. Mas verosímil es la fábula, quizá mas conocida de los modernos que de los antiguos, y de la cual se hace mención por primera vez en la Aquileida de Estacio, que dice que Aquiles fue zambullido en las aguas de la laguna Estigia para que su cuerpo quedara invulnerable, salvo el talón por donde su madre lo tenía cogido. Peleo entregó a Aquiles al centauro Quirón para que éste se encargara de educarle. Quirón alimentó a Aquiles con tuétano de jabalíes y osos y con las entrañas de los leones, y le enseñó el ejercicio de diversas artes, entre ellas la caza: así, a la edad de seis años blandía jabalinas y cazaba leones y ciervos sin auxilio de perros, causando la admiración de Diana y Minerva. Tal es, según Píndaro, la educación, más física que moral, que recibió Aquiles de aquel sabio centauro, el cual, a diferencia de los demás de su especie, era un preceptor virtuoso y sabio. Tetis velaba por su hijo desde el fondo del mar y algunas veces venía a visitarle. Cuando Calcas predijo que Troya no podría ser tomada sin el auxilio de Aquiles, Tetis, temerosa de que aquella expedición causara la muerte a su hijo, le disfrazó de mujer, presentándole a Licomedes, rey de Esciros, el cual admitió a Aquiles en su palacio, educándole con sus propias hijas, con una de las cuales, Deidamia, se unió, según la fábula, de cuya unión nació Pirro o Neoptolemo. Los griegos descubrieron la desaparición de Aquiles y enviaron una diputación a Licomedes; éste negó la presencia de Aquiles y permitió a los diputados que registraran el palacio; Ulises, más perspicaz que sus compañeros, puso en el vestíbulo del palacio una lanza y un escudo, hizo en seguida tocar la trompeta y sonar las armas, y en efecto, a este ruido Aquiles se presentó, despojóse del traje femenino y tomó las armas, prometiendo a los griegos su concurso. Aunque las empresas de Aquiles en la guerra de Troya más corresponden a la poesía épica que a la mitología, conviene hacerse cargo de lo que acerca del héroe consigna la tradición homérica anterior a las tradiciones que quedan consignadas. Según Homero, Aquiles, después de haber sido educado por su madre, fue confiado a Fenis, quien, huyendo de la cólera de su padre Amintor, halló en la corte de Peleo generosa hospitalidad. Peleo le enseñó el arte de la elocuencia y el de la guerra y el centauro Quirón la medicina; hizóse amigo de Patroclo desde la más tierna edad, pues Patroclo estaba recogido por Peleo, lo mismo que Aquiles; el destino dio a elegir a Aquiles entre una vida larga, pero inactiva, y otra corta, pero gloriosa; prefirió la última, y cuando Néstor y Ulises vinieron a invitarle para la expedición de Troya, los siguió voluntariamente.
Reconciliado con Agamenón, vistióse una vistosa y soberbia armadura que había fabricado Vulcano por encargo de Tetis, de cuya armadura formaba parte el magnífico escudo cuya descripción es uno de los trozos de la Ilíada más interesantes para los arqueólogos, y marchó al combate, donde venció y destrozó al ejército enemigo, arrojando sus reliquias a la ciudad, persiguiendo a Héctor por tres veces hasta apoderarse de él, atarle al carro y así traerle a su campo; aquí hizo amortajar el cuerpo de su amigo y quiso que Héctor sirviera de pasto a las aves de rapiña y a los perros, lo cual no se llevó a cabo gracias a la Intercesión del viejo Príamo, padre de Héctor. Aquiles murió en el campo de batalla, antes que Troya fuese tomada, ante la puerta Seea, herido por Paris y Apolo. Tetis y las diosas del mar lloraron con los griegos la pérdida de Aquiles, y depositaron su cuerpo con el de Patroclo y Antíloco en la ribera del Helesponto. Cuando Ulises descendió a los infiernos, halló las almas de estos tres amigos con la de Ayax el Telamoniano. Según otra tradición, cuando Aquiles estaba a punto de pasarse a los troyanos para unirse en matrimonio con Polixena, hija de Príamo, avanzó sin armas al templo de Apolo en Timbra, donde fue muerto por Paris. Al volver los griegos de Troya, aparecióseles en las costas de Trafia la sombra de Aquiles pidiéndoles la muerte de Polixena en expiación de la suya, siendo, en efecto, sacrificada. La concepción homérica de Aquiles le presenta como el más grande y generoso de los héroes reunidos contra Troya, por tener un alma elevada, estar dotado de carácter inflexible y hallarse poseído de avidez de gloria; es amante del canto y de la música hospitalaria, tierno para su madre, cariñoso con sus amigos, piadoso con los dioses. Según una tradición posterior a Homero, Tetis llevó a la hoguera a Aquiles después que le hubieron muerto Paris y Apolo, conduciéndole luego a la isla de Leuca, es decir, la región luminosa que forma contraste con el oscuro Hades: así obtuvo para su hijo la inmortalidad. Otra tradición coloca a Aquiles en el Eliseo haciéndole esposo de Medea. Aquiles fue honrado en Grecia como un semidiós; estábale consagrada la isla de Leuca, situada en la embocadura del Ister, donde, según se decía, vivía acompañado de otros héroes y diosas en medio de la mayor felicidad; de modo que dicha isla estaba considerada como un segundo Eliseo. Tenía un templo en Elis y otro en Esparta. El tipo artístico de Aquiles es semejante al de Marte, noble y fuerte, con espesa cabellera. Muchas son las obras de arte en que inspirados artistas han tratado de representar al héroe griego. Las más notables son las dos siguientes. Una estatua en mármol (Museo del Louvre). Créese que esta obra es copia del Aquiles en bronce de Alcamene, el discípulo predilecto de Fidias. El héroe famoso de la guerra de Troya, enteramente desnudo y cubierta la cabeza por un elegante casco helénico, aparece de pie y con el brazo izquierdo apoyado en una lanza, mientras el derecho pende a lo largo del cuerpo. En la pierna del mismo lado se ve un anillo rodeando la garganta del pie, lo cual ha dado lugar a que Visconti supusiera que es la defensa con que Aquiles resguardaba la única parte vulnerable de su cuerpo, mientras que Winckelmann creyó que la estatua representaba a Marte y que el anillo indicaba una costumbre de algunos pueblos de Grecia, entre otros los espartanos, que encadenaban al dios de los combates a fin de que no pudiera abandonarlos. El Aquiles del Louvre pertenece a la época que Winckelmann llamó del estilo sublime, y por la regularidad de sus formas y por la armonía de sus miembros pudiera servir de canon métrico de las proporciones del cuerpo humano. Un cuadro de Rubens (Museo del Prado, número 1582, figuras de tamaño natural ), representa el momento en que el héroe griego, a quien su amante Deidamia había disfrazado de mujer para que Ulises no le descubriera y le llevara a la guerra de Troya, empuña entusiasmado la espada que el astuto emisario había deslizado entre las joyas ofrecidas a la hija de Licomedes y a las damas de su corte. Rubens trató este asunto sin preocuparse en lo más mínimo de la exactitud arqueológica, resultando un cuadro de difícil comprensión; pues mientras Deidamia y su séquito femenino ostentan elegantes trajes del siglo XVII, Ulises con un gorro colorado y un aire plebeyo tiene todo el aspecto de un gondolero veneciano. Prescindiendo de esto, la composición está muy bien dispuesta, los grupos equilibrados, las actitudes son expresivas y apropiadas y un colorido cálido y armonioso contribuye al buen efecto de la obra. |
Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano (vol. 2, págs. 453-454 – editado: 3-10-2007) AQUILES, héroe griego (mitología griega) |