ARQUELAO, filósofo griego (biografía)
ARQUELAO
Biografías. Filósofo griego. Fue con Pericles y Eurípides discípulo de Anaxágoras. Diógenes Laercio y otros escritores dicen ser ateniense o mileto; Simplicio, apoyado en el testimonio de Teofrasto, dice que era ateniense. Parece que enseñó primero filosofía en Lampsaco y después en Atenas. También se dice (pues los indicios acerca de este filósofo no exceden nunca los límites de un cálculo probable) que tuvo por discípulo a Sócrates (dato del cual parten después para fijar, también indecisamente, en la cronología la época en que vivió Arquelao), a quien infundió el gusto por el estudio de las ciencias físicas; pero este aserto, tomado de Diógenes Laercio, es muy cuestionable, pues, según hace notar Ritter (Philosophie ancienne, t. I), puede dudarse de que conociera personalmente a Sócrates y, aun dado caso que le conociera, poca o ninguna influencia debió ejercer su doctrina en la enseñanza socrática, cuando ni Jenofonte, ni Platón ni Aristóteles hablan de él. Todas las tradiciones posteriores referentes a la filosofía de Arquelao se deben a Teofrasto.
Expuso Arquelao, según se infiere probablemente, la misma doctrina de Anaxágoras con ligeras variantes, y fue apellidado el Físico, quizá porque era el último representante de la escuela jónica o tal vez, como dice Diógenes Laercio, para distinguir su enseñanza de la de Sócrates, principalmente encaminada a la moral. Concibe Arquelao el mundo según una dualidad muy semejante a la indicada por Anaxágoras con su distinción de los fenómenos y del Nous o inteligencia. A la separación de los elementos refiere Arquelao el nacimiento de los animales y de los hombres. Entiende que en los comienzos aire y fuego se separaron (o calor y frío, como dice Diógenes Laercio) y que, mediante la acción del fuego sobre el agua, la tierra formó una masa fangosa, que el aire resultó del agua por el movimiento y que de este modo la tierra se hallaba sostenida por el aire y el aire por el fuego. Creciendo la consistencia de la tierra mediante la acción del calor, se formó el reino animal por la mezcla del calor con la tierra fría y húmeda. El último y superior producto del limo de la tierra, como efecto de la energía espontánea de los elementos, fue el hombre. Todo aparece, pues, para Arquelao producido por la separación de los elementos, de lo cual procede su concepción mecánica, que, aplicada a la idea moral, le lleva necesariamente a pensar que «lo justo y lo injusto no son sentimientos naturales, sino efecto de la ley y de la convención.»
Parece que con Arquelao termina la escuela jónica, siquiera algunas de sus opiniones influyan más tarde en los sofistas, y que la resultante final de esta evolución del pensamiento, aparte el concepto mecánico, consiste en la afirmación de un dualismo, que aunque ideado o supuesto como inferior y segundo respecto a un principio unitario e hipotético, viene a ser, en fin de cuenta, la base fundamental de toda concepción filosófica. |