DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO HISPANO-AMERICANO(1887-1910) |
CENTAURO, monstruo mitad hombre y mitad caballo (mitología griega)CENTAURO– CENTAURO (del gr. χένταυρς; del sánscrito gandharvas, caballo): m. Monstruo fingido por los antiguos, mitad hombre y mitad caballo. Como no hay CENTAUROS medio hombres y medio caballos. DIEGO GRACíAN. Quien eche a Lucero los calzones encima, dice mi padre, ya puede apostarse a montar con los propios CENTAUROS. VALERA. – CENTAURO:Mitología. A propósito del origen de los centauros encuéntranse en la mitología griega diversas tradiciones. Según La Ilíada, eran unos animales salvajes de pelo erizado que habitaban las montañas de Tesalia, y La Odisea nos los presenta con los instintos brutales y sensuales característicos de los sátiros u hombres primitivos. Con respecto a su nombre se le daban por etimología las voces griegas χεντεϊν, picador, y ταύρος, toro, etimología que se explicaba por la historia de un rey de Tesalia que, habiendo dispersado un tábano a sus bueyes, envió en busca de éstos unos jinetes armados de lazos. De reconocer en dichos jinetes a los centauros, hay que considerar a éstos como un pueblo pastor que cazaba los toros por análogo procedimiento al que emplean los zagales españoles, los pastores de la campiña de Roma y los gauchos de la América del sur. Otra etimología más moderna los designa como cazadores de liebres, y está más conforme que la anterior con las tradiciones y con los monumentos figurados, que presentan a los centauros como cazadores. La analogía de los centauros con los sátiros salta a la vista en los monumentos que nos ofrecen el cortejo báquico, donde se ven tribus salvajes cuyos instintos violentos excitaban la lubricidad y la intemperancia. Se les supone de origen asiático, y bajo este concepto los asimilan los mitólogos a los Gandharvas de la India, dioses velludos como los monos, cuyo nombre significa hombres-caballos o nubes que parecen cabalgar en torno del Sol. La tradición griega está conforme con esta idea, pues les daba por padres a Apolo (el Sol) y una Oceánida, cuyo nombre significa brillo, esplendor, lo cual pudiera referirse a las brillantes nubes que el Sol levanta del seno de las aguas en el valle de Tempé, en Tesalia. Píndaro los considera como descendientes de Ixión y de Nefela (la nube), y lo explica con la leyenda de Ixión, quien habiendo merecido que Zeus (Júpiter) le sentara a su mesa, pretendió enamorar a Hera (Juno), demasía que el padre de los dioses castigó dando a una nube la forma de Hera, a cuyo nuevo ser, Nefela, engañado por el parecido, poseyó Ixión, y de esta unión nació Centauro, monstruo feroz desdeñado de las Gracias, que no quisieron asistir a su nacimiento, y odiado de los hombres. Este Centauro se unió con las yeguas que habitaban el valle del Pelión, en Magnesia, dando origen a un pueblo de seres maravillosos. Según esta leyenda los centauros serían un símbolo de los rayos del Sol o de las nubes que rodean a este astro, si no lo eran de los torrentes del Pelión. En cuanto a las fábulas en que figuran los centauros tesalianos, la más popular debió ser la de su combate con los lapitas, ocurrido en las bodas de Piritoo, rey de los últimos, y que tuvo por causa el atentado cometido por el centauro Eurito contra la novia, Hipodamia, atentado que, como fuera castigado por Piritoos y los suyos, movió a los demás centauros a venir en socorro de Eurito. Los centauros salieron vencidos. También es conocido el rapto de Dejanira, prometida de Hércules, por el centauro Nessos, a quien el héroe castigó con la muerte. Moribundo Neso hizo que Dejanira empapase en su sangre la túnica de Hércules a fin de que renaciera en éste su amor; mas como la sangre del centauro era venenosa, la túnica produjo en Hércules terrible locura. En otra leyenda figura también Hércules vencedor de los centauros, como Teseo al pie del Pelión en las bodas de Piritoo a quien asistía. La montaña Folea, situada en los confines de la Arcadia y de la Elida, donde había mucha caza mayor, estaba poblada por numerosos centauros. Hércules fue allá para cazar al jabalí de Erimanto, y recibió hospitalidad del centauro Folos, cuyas maneras dulces contrastaban con la ferocidad de sus semejantes. Folo, para obsequiar al héroe, abrió un tonel que Dionisos (Baco) le había regalado, y, atraídos por el olor del vino, acudieron muchos centauros que, como pretendieran beberle por fuerza, fueron rechazados a flechazos y dispensados por Hércules. Los centauros figuran también en la fábula de Atalanta como enamorados perseguidores de ésta, quien los rechazó a flechazos mientras éstos, por asediarla, incendiaban el bosque. Se distinguen algunos centauros por sus nombres: tales son, Arctos, Licos, Eurinomos, Bianor, Agrios, Petraios, Ureios, Drialos, Folos y Quirón, que difiere de los demás centauros por su carácter y por su origen. Las representaciones de los centauros en los monumentos antiguos son numerosas. En los primitivos y arcaicos consiste en una figura humana, a la cual va adaptada la grupa de un caballo, modo de representar del que no falta algún ejemplo en monumentos de estilos posteriores, sin duda como recuerdo de las primeras. Klüman cree que el centauro con pies humanos no es un tipo primitivo sino una modificación del tipo cuadrúpedo, introducido para distinguir los centauros humanos de los animales. En una placa de collar fenicia del siglo VII antes de J. C. aparece también el centauro humano. El centauro de la buena época, y aun de la arcaica, dibujado con cierta delicadeza, tiene las cuatro extremidades y el cuerpo de caballo, y de donde debiera arrancar el cuello del animal arranca el torso humano. El prototipo de estos centauros es el que nos ofrece la centauromaquia (lucha de centauros y lapitas), esculpida por Fidias en el friso del Partenón. También figura, como queda dicho, en el cortejo dionisíaco, y en el del Amor hay imágenes de centauras, pero son raras. Los centauros suelen aparecer también en los monumentos figurados de la Edad Media. El signo zodiacal Sagitario se representa con la figura de un centauro disparando una flecha. |
Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano (vol. 4, págs. 1146-1147) CENTAURO, centauros (mitología griega) |