COMPENDIO DE LA HISTORIA DE LA CHINA Su gobierno, leyes, ciencias, artes, industria, comercio, navegación, usos y costumbres Traducido del francés por Mariano de Castro y Duque – 1862
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Capítulo primero. Geografía.El Imperio chino, tai cómo es hoy, envuelve en sus inmensas fronteras toda la porción del Asia, limitado por la Siberia, el Turkestan, el Afghanistan, y bañado por la manga de Tartaria, el mar del Japón, el mar oriental, el mar de la China y el golfo de Tonquin. Desde su extremidad septentrional hasta la isla de Hanian tiene 900 leguas de línea, y 1.500 desde la ciudad de Nan-King al país de Kach-Gar. Casi todos los pueblos repartidos sobre este vasto espacio reconocen la autoridad del Emperador, a excepción de algunos, los mas recientemente conquistados, en que se conserva a sus Principes hereditarios, que gobiernan bajo las leyes y usos respectivos del vencedor; la posición de estas provincias es por el estilo de los grandes feudos de la antigua Francia, que son los mantchousos, mongoles y thibet, sumisos al Emperador, le consideran como su maestro y su padre y le sirven como soldados; tienen una administración, culto y leyes especiales. La vieja China, propiamente dicho, por su posición geográfica había sido llamada a ser la cuna de un pueblo celoso de continuar en un aislamiento completo, y el principio de una obra social esencialmente despótica. Rodeada de montañas inaccesibles, no solamente recoge en sus faldas el oro, la plata, hierro, plomo, cobre y estaño, sino que influyen totalmente, por su masa y cimas cubiertas de nieve, sobre los climas o regiones cercadas que los chinos poseen en los terrenos pendientes y llanuras, donde la temperatura es tan variada que se presta a la cultura de casi todas las plantas conocidas; y por la misma causa se multiplican la mayor parte de los animales salvajes y domésticos, desde el reno, que vive en medio de los hielos perpetuos, hasta el elefante, que no prospera sino en las comarcas mas ardientes. El aire es en general puro y sano, y en los anales de la China, que abrazan un período de mas de cuarenta siglos, no se hace mención de epidemias, antes por el contrario, refieren una infinidad de casos de larga vida. Dos ríos principales riegan la China: el Kiang, que desciende de las montañas del Thibet rodeando una cadena de altas colinas, se dirige al Sur por el centro del Imperio y desagua definitivamente en el mar Amarillo, después de haber recibido una infinidad de afluentes y fertilizado el país en una extensión de 600 leguas; pueden navegar por él buques de gran porte en la distancia de 100 leguas lo menos. El otro se llama Hoang-Ho; tiene su origen de un lago situado en el monte Koven-Hun, olimpo de la mitología china; hace una repentina torcedura hacia el Norte, atravesando la Mongolia y el desierto de Cobi para dirigirse insensiblemente hacia Sudoeste después de interminables sinuosidades, y se pierde como el otro en el mar que lleva su nombre. Se lee en las instrucciones que el Emperador Yao mandó hacer trabajos gigantescos por espacio de nueve años consecutivos en este río para perfeccionar su curso y prevenir una grande inundación. Además de estas dos arterias principales está cortada en todas direcciones por muchos ríos, aunque de segundo orden, navegables, que juntos con los canales, facilitan el trasporte de pasajeros y mercancías suficientes a todas las necesidades de la agricultura. Se conoce muy poco su geología en Europa, y sus tratados se ciñen solo a conocer o inferir que la capa vegetal de la mayor parte del país es porosa, profunda y de fácil cultivo; que los terrenos arcillosos y duros son comparativamente muy pocos, y que las producciones minerales como el carbón de piedra, hornagüero y salinas son en algunas provincias muy abundantes y de una explotación fácil. |
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