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CONDUCTISMO – Complementos-Condicionamiento

UNED – CURSO DE ACCESO

RESUMEN DEL MANUAL «FUNDAMENTOS DE LA PSICOLOGÍA»

José Luis Martorell y José Luis Prieto

Editorial Centro de Estudios Ramón Areces. Colección de Psicología

CAPÍTULO 7- EL CONDUCTISMO

COMPLEMENTOS PARA LOS MODELOS DE CONDICIONAMIENTO 

Noción de reflejo
Fisiología rusa
Sechenov
Los reflejos condicionados en Pavlov
Ejemplos de reflejos condicionados
Algunas diferencias entre el condicionamiento clásico y el condicionamiento operante
Modelos de condicionamiento operante
Programas de refuerzo

NOCIÓN DE REFLEJO

La noción de reflejo tiene su origen en la filosofía cartesiana. Descartes estableció una radical distinción entre los cuerpos y las mentes. Los animales son meros cuerpos y los hombres están compuestos de cuerpos y mentes (que él interpretó como almas). Todo lo material está compuesto de átomos y su movimiento puede ser explicado en términos puramente mecánicos. Como los animales son sólo cuerpos su conducta puede ser explicada totalmente en términos mecánicos: los animales son como máquinas, máquinas biológicas pero máquinas. En el caso del hombre la situación es más complicada pues parte de su conducta depende del cuerpo y parte depende del alma o mente. La conducta humana que depende del cuerpo ―respirar, los procesos digestivos, los automatismos como los reflejos― es, como la de los animales, un proceso mecánico, pero la que depende de la mente o alma no, puesto que es voluntaria.

Descartes tomó como modelo de conducta mecánica la conducta de los autómatas hidráulicos de su tiempo: juguetes que los aristócratas situaban en sus jardines y que utilizaban la energía producida por el movimiento del agua para mover sus engranajes, poleas y distintos componentes; estos autómatas tenían formas de animales y dioses de la mitología y podían moverse y gesticular. Descartes pensó que los nervios eran como tuberías y que por esas tuberías discurría una especie de fluido que llamó «espíritus animales». Cuando un estímulo exterior afectaba a un órgano sensorial, los espíritus animales se desplazaban hasta el cerebro y lo pulsaban, entonces se ponían en movimiento otros espíritus animales que descendían por otra tubería y hacían que se accionara un músculo.

Un discípulo de Descartes pensó que los espíritus animales se reflejaban en la espina dorsal o en el cerebro, lo mismo que la luz se refleja en un espejo. A partir de entonces a esta estructura fisiológica se le dio el nombre de reflejo y las acciones corporales automáticas se llamaron reflejos, lo que parecía permitir una explicación mecanicista de la actividad del cuerpo.

Algunos seguidores de Descartes mantuvieron la esencial distinción entre conducta mentalista y conducta mecánica pero pronto aparecieron otros filósofos que explotaron la siguiente posibilidad: los perros parecen tener miedo, recordar, percibir, querer, incluso decimos que unos son más inteligentes que otros, … en definitiva, en muchos aspectos la conducta animal se parece a la humana; y si las conductas de los animales se pueden explicar en términos mecánicos, ¿por qué no creer también que toda la conducta humana se puede explicar en términos mecánicos? Esta es la posición que desarrollaron la fisiología rusa primero y el conductismo después y todo ello a partir del concepto explicativo del comportamiento más claramente mecanicista: el reflejo

Fisiología rusa

En el manual se cita la fisiología rusa como uno de los antecedentes principales del conductismo. Veamos algunas tesis principales de Sechenov y Pavlov.

I.M. Sechenov (1829-1905) fue alumno de Helmholtz, y el primero que estudió la estructura elementalista fisiológica del reflejo. Los reflejos son respuestas ante estímulos, relativamente simples, rápidas y constantes, y que ocurren de forma cuasimecánica y generalmente inconsciente e indeliberada. Ejemplos elementales de reflejos: salivar cuando se tiene comida en la boca, retirar la mano al sentir una quemadura o un pinchazo. al ser excitado un receptor.

El vitalismo pretendía explicar los fenómenos biológicos por otras causas diferentes de las puramente materiales o mecánicas. La escuela alemana de fisiología del siglo XIX se oponía al vitalismo. Y de dicha escuela tomó Sechenov el rechazo al vitalismo y la aceptación del mecanicismo. Este fisiólogo ruso consideró que toda la conducta humana se podía explicar en términos puramente mecánicos, a partir de reflejos. Sin embargo, los actos de voluntad pueden impedir una respuesta refleja (apartamos la mano de forma refleja al contacto con una llama, pero si queremos podemos mantenerla junto a la misma), con lo cual parecía difícil interpretar toda la conducta humana en términos mecánicos. Pero Sechenov mostró que existen estructuras del cerebro que pueden producir la inhibición del reflejo, y que por tanto los actos voluntarios pueden entenderse en términos puramente materialistas. En 1866 apareció su libro Los Reflejos Cerebrales; en dicho libro pretendió explicar todos los fenómenos psíquicos, aun los superiores, como movimientos reflejos. La excitación y la inhibición nerviosa podían explicar toda la conducta, incluso la que nos parece dependiente de procesos mentales diferentes de los fisiológicos como las sensaciones, emociones y pensamientos. Con ello, pensó Sechenov la psicología debía reducirse a fisiología y construirse con los métodos objetivos de la fisiología.

Los reflejos condicionados en Pavlov

El representante más famoso del reflejo en su aplicación psicológica fue el fisiólogo ruso PAVLOV (1849-1936); sus investigaciones fueron de enorme importancia para la psicología y especialmente para la aparición del conductismo. Su aportación más importante se refiere al descubrimiento del reflejo condicionado, y con ello del  condicionamiento clásico

Primero estuvo interesado por la fisiología de la circulación sanguínea y posteriormente se preocupó por la fisiología del aparato digestivo y de las glándulas salivares, y es ésta investigación la que le llevó al descubrimiento de los reflejos condicionados.

Dispuso un perro en su laboratorio y diversos aparatos que le permitían medir la cantidad de saliva que emitía cuando tenía alimento en la boca. Lo normal era que se produjera jugo gástrico con la ingestión de la comida, pero le llamó la atención que muy pronto la mera visión del alimento también provocaba la salivación. Lo primero era atribuible a los meros reflejos naturales, los reflejos incondicionados; pero el problema era explicar lo segundo puesto que no era una conducta innata sino aprendida. Las explicaciones fueron varias:

a. Primero dio una explicación mentalista, apelando a una supuesta «excitación psíquica»: el perro desea comer, piensa en la comida.

b. Pero pronto pensó que la anterior explicación era una «antropomorfización» pues suponía que el perro puede llegar a tener el mismo estado mental que los hombres ante los mismos estímulos; mejor que hablar en términos mentalistas no observables era fijarse en los fenómenos externos, públicamente observables. Tras prolongadas investigaciones estableció que la salivación ante la mera imagen del alimento es un reflejo condicionado

Para investigar el fenómeno de la secreción psíquica empleó el mismo método que utilizaba en sus investigaciones fisiológicas: atender únicamente a los fenómenos externos y que todos pueden observar; realizar experimentos repetibles en el laboratorio y que permiten una medida o cuantificación de las distintas variables que intervienen en el fenómeno a estudiar. Midió la cantidad de saliva segregada, los tiempos de latencia (lo que tardaba el animal en segregar saliva tras la presentación de los estímulos), etc. El experimento consistía en presentar un estímulo que de forma natural no provocaba la salivación, p. ej., un sonido (estímulo neutro, EN). Medio minuto después y antes de que desapareciera dicho estímulo neutro, presentaba un segundo estímulo que de manera natural producía el reflejo de la secreción salivar, por ejemplo, polvo de carne. Luego se descansaba brevemente y se repetía la sesión. Tras varias repeticiones de la sesión, el animal segregaba saliva con sólo oír el sonido (lo que antes era el EN), sin necesidad de que tuviera alimento en la boca.

Pavlov llamó al fenómeno reflejo condicionado. Reflejo porque se trataba de una respuesta elemental y directa de un efector ante la estimulación de un receptor, pero condicionado, porque dicho reflejo no se daba si no se daba una condición; esto es, si no se apareaba el estímulo neutro con el estímulo natural una serie de veces. Por eso dicho estímulo neutro, cuando ya adquiría la virtud de producir el reflejo, se llamó estímulo condicionado (EC). Dado que el estímulo natural (el alimento en la boca) producía el reflejo sin condición alguna, lo producía siempre, lo llamó estímulo incondicionado. Los reflejos incondicionados se dan siempre y desde el nacimiento, no es necesario adquirirlos o aprenderlos, y en ese sentido no dependen de ninguna condición.

Lo revolucionario de la explicación de Pavlov está en que el fenómeno en cuestión se puede entender sin referirse a ningún estado mental, en comprenderlo como un aprendizaje que consiste simplemente en el hecho de que se establece una nueva conexión nerviosa entre el receptor y las glándulas que segregaban saliva.

Pavlov no era psicólogo sino fisiólogo, e intentó reducir lo psíquico a lo fisiológico; pero su descubrimiento fue utilizado por los conductistas: ellos cayeron en la cuenta de que con el reflejo condicionado no se observa directamente lo que ocurre en los hemisferios cerebrales o en otras estructuras fisiológicas, sino que lo que se observa directa y públicamente es la conducta del animal. A partir de este momento los psicólogos pensaron que la psicología podía tener un objeto de estudio observable y público como es la conducta, y que se podía prescindir ya de la referencia a la mente, referencia que, en su opinión había impedido hacer de la psicología una ciencia. Es también importante recordar que el modelo del reflejo condicionado (condicionamiento clásico) será el utilizado por Watson, frente al del condicionamiento operante, preferido por Skinner.

   

MODELOS DE CONDICIONAMIENTO OPERANTE

A ) REFUERZO POSITIVO

Si tras la conducta «A» viene el estímulo «B» y la conducta «A» queda fortalecida, entonces el estímulo «B» = refuerzo positivo

Da una acción o conducta

Ejemplos: estudiamos y recibimos buenas notas; las buenas calificaciones fortalecen nuestra conducta de estudiar. En una «caja de Skinner», tras apretar una palanca una rata recibe alimento. El alimento fortalece la conducta de apretar la palanca.

B) CASTIGO

Si después de la conducta «A» viene el estímulo «B» y la conducta «A» disminuye, entonces el estímulo «B» = castigo.

Elimina una acción o conducta

Ejemplos: la policía nos pone una multa después de saltarnos un semáforo: la multa hace que disminuya nuestra propensión a saltarnos los semáforos.

C) REFUERZO NEGATIVO

Si la conducta «A» no viene seguida por el estímulo «B» y la conducta «A» queda fortalecida, entonces el estímulo «B» = refuerzo negativo

Da una acción o conducta.

Tipos:

  • Evitación: cuanto la conducta en cuestión evita un estímulo negativo. Ejemplo: en el laboratorio un perro salta de un lado a otro de la caja en la que le tenemos para evitar una descarga eléctrica.
  • Escape: cuanto la conducta en cuestión permite huir de un estímulo negativo. Ejemplo: el salir corriendo cuando llueve para buscar cobijo en el portal.

D) CASTIGO NEGATIVO

Si la conducta «A» no viene seguida por el estímulo «B» y la conducta «A» disminuye, entonces el estímulo «B» = omisión (castigo negativo)

Elimina una acción o conducta

Ejemplo: si nos encontramos al vecino en la escalera, le saludamos y no nos corresponde, fácilmente dejaremos de ser amables con él.

PROGRAMAS DE REFUERZO

I. De refuerzo continuo: cuando la emisión de la conducta a condicionar siempre va seguida de un refuerzo.

II. De refuerzo parcial: cuando la emisión de la conducta a condicionar no siempre va seguida de un refuerzo.

II.1. De intervalo: se tiene en cuenta el tiempo que se tarda en administrar el refuerzo desde que el sujeto realiza la acción o conducta a condicionar

  • De intervalo fijo: el refuerzo se administra siempre con el mismo intervalo temporal desde que el sujeto emite la conducta a condicionar (un minuto, por ejemplo).
  • De intervalo variable: el refuerzo se administra con distintos intervalos temporales desde que el sujeto emite la conducta a condicionar (en una ocasión cada minuto, en otra cada dos, en otra cada tres…).

II. 2. De razón: se tiene en cuenta el número de veces que el sujeto realiza la acción o conducta a condicionar.

  • De razón fija: el refuerzo se administra cada cierto número de conductas emitidas y siempre el mismo número (por ejemplo, cada tres conductas emitidas).
  • De razón variable: el refuerzo se administra cada cierto número de conductas emitidas, pero el número de las mismas es variable (en una ocasión cada tres, en otra cada cinco…).