ConsumoEn el sentido económico, es la aplicación de la riqueza a la satisfacción de las necesidades. Éste es el fin de todos los actos productivos, y por eso el consumo es la destrucción del valor creado por aquéllos.
Se dice también el consumo lento y rápido, según que los productos resisten una larga aplicación a las necesidades, o bien se inutilizan después de la primera o al cabo de un corto número de satisfacciones. Depende, en primer término, la rapidez del consumo, de la calidad del producto, de los materiales que en él se emplean, del esmero en la mano de obra, de todas las circunstancias, en suma, con que ha sido elaborado; e influyen también en esa duración el clima, el cuidado en el manejo de la riqueza y la moda, que viciosamente entendida, desecha los objetos cuando todavía encierran utilidad y valor y da lugar a un consumo calificado por algunos de ficticio o puramente subjetivo. —La lentitud del consumo sólo es ventajosa cuando compensa el aumento en el coste del producto que es necesario para conseguir una mayor duración. Pero la distinción más importante del consumo es la que se divide en productivo e improductivo; es productivo el que determina la formación de un valor mayor que el destruido, aquél en que los productos se aplican como capitales, y son reemplazados por un valor más considerable; es improductivo el que se hace sin miras de reproducción, para satisfacer una necesidad personal, y el que proponiéndose un fin industrial, no obtiene el producto a que aspiraba, o consigue uno cuyo valor es igual o más pequeño que el empleado para alcanzarle. Según esto, el verdadero consumo, el que aplica los medios económicos al fin para que existen, satisfaciendo directamente nuestras necesidades, es el improductivo, porque el consumo productivo consiste en la formación y empleo de los capitales, es un acto de producción. Los limites del consumo personal o improductivo se hallan por una parte en la satisfacción de las verdaderas necesidades, y por otra en la suma de la riqueza disponible; pero si cada cual se aplicara exclusivamente toda la riqueza que posee, no podrían vivir aquéllos que no son capaces de producir por sí mismos; y si todos los productos se consumieran improductivamente, sería imposible el progreso económico. Es necesario, pues, conciliar en el consumo las necesidades propias con las ajenas, y las actuales con las del porvenir. (V. Ahorro, Avaricia, Disipación, Limosna y Lujo.) |
Vocabulario de la Economía – Nomenclatura y principales conceptos de economía (editado: 5-11-2007) CONSUMO |