DADUCO (mitología)
DADUCO
Mitología. M. Segundo personaje en la jerarquía sacerdotal de Eleusis , cuyo nombre significaba porta-antorcha, pues ejercía esta función en el culto de Ceres; como los demás sacerdotes del culto eleusiano, vestía de púrpura y ceñía su cabeza con una corona de mirto para las ceremonias religiosas , y comúnmente con una diadema. Apenas hay nociones referentes al papel que representaba el Daduco en la celebración de los misterios en las grandes solemnidades del culto. Suidas dice que pedía con el hierofanta por la salud del Senado y del pueblo; según Porfirio, en el drama de una de las noches sagradas de las iniciaciones eleusinas, interpretaba el personaje del Sol, como el epíbono el de la Luna, el hierocerisel de Mercurio, y el hierofanta el de Demiurgo. Parece que en las purificaciones que precedían a los misterios el Daduco colocaba bajo los pies de los que iban a purificarse piel de las víctimas inmoladas a Júpiter Miliquios. La silla que ocupaba el Daduco estaba en sitio muy preferente en el teatro de Baco, sin embargo de lo cual estaba considerado como un asistente del hierofanta y de igual jerarquía que el hieroceris. En un principio el Daduco fue hereditario en la familia de Calias, que decía traer origen de Triptolenio y estaba estrechamente emparentada con la raza de los Cérices. Cuando en el siglo IV antes de J. C. acabó la familia de los Calias en la persona de un Hippónico, pasó el cargo a otra raza religiosa del Ática, a la de los Licómides, cuyos antepasados también figuran en la Mitología, pues Lico pasaba por haber sido el introductor de los misterios calcase n Mesenia. Esta familia poseía un centro de los misterios pelásgicos, diferentes de los eleusianos, aunque informados por una doctrina semejante. Aunque Ias inscripciones más antiguas sólo hablan en singular del Daduco, se sabe que en la época romana hubo varios individuos investidos al mismo tiempo de dicho titulo; pero no faltan autores que nieguen esta hipótesis. En el sacerdocio eleisiano había una jerarquía femenina análoga a la masculina de que acabamos de hablar. La intervención de estas sacerdotisas era necesaria en las representaciones de las noches místicas, pues desempeñaban los papeles de Ceres, Cora y Diana. Había, pues, daducas, como hierofánticas y epibonias. Una inscripción menciona a una Daduca de la familia sacerdotal de los prosimeneos, a quien se elevó una estatua. Esta Daduca era de Lerna y las hubo también en Eleusis. |