L.— OBSERVAD LAS SEIS DIRECCIONES (1)
1. Mientras el Bhagavat moraba en el bosque de bambús, inmediato a Radjagriha, halló una vez en su camino a Srigala, un padre de familia que con las manos juntas se volvía hacia los cuatro puntos cardinales del mundo, y hacia el cenit y el nádir, después. Y el Bienaventurado, conociendo que se trataba de una superstición religiosa tradicional, a fin de alejar el mal, le preguntó a Srigala: «¿Por qué hacéis esas extrañas ceremonias?»
2. Y Srigala respondió: «¿Encontráis extraño que proteja mi hogar contra la influencia de los demonios? Sé muy bien, ¡oh Gotama Sakyamuní!, a quien el pueblo llama el Tathagata y el Buddha, sé que váis a decirme que los encantamientos no tienen ninguna utilidad ni poseen ningún poder salvador. Pero oídme y sabed que ejecutando este rito, honro, respeto y venero las palabras de mi padre».
3. Entonces el Tathagata dijo:
4. «Hacéis bien, ¡oh Srigala!, honrando, respetando y santificando las palabras de vuestro padre; y es vuestro deber proteger vuestro hogar, vuestra mujer, vuestros hijos y los hijos de vuestros hijos, contra los malévolos asaltos de los espíritus malos. No veo mal en que cumpláis el rito de vuestro padre; pero veo que no comprendéis la ceremonia. El Tathagata, que os habla en este momento como un padre espiritual y que no os ama menos que vuestros padres, va a explicaros la significación de esas seis direcciones.
5. No basta proteger vuestra casa por medio de ceremonias misteriosas; debéis protegerla también por medio de buenas acciones. Volvéos hacia vuestros padres, al este; hacia vuestros maestros, al sur; hacia vuestra mujer y vuestros hijos, al oeste; hacia vuestros amigos, al norte; poned en el cenit vuestros parentescos religiosos, y debajo, en el nádir, a vuestros servidores inferiores.
6. Tal es la religión que vuestro padre os manda confesar y la celebración de la ceremonia debe haceros recordar vuestros deberes.»
7. Y Srigala, alzando los ojos, miró con respeto al Tathagata como hubiera mirado a su padre, y dijo: «En verdad, ¡oh Gotamal, sois el Buddha, el Bendito, el santo Maestro; no lo sabía aún; pero desde ahora lo sé. Me habéis revelado la verdad que ilumina y en la comunidad de los hermanos que han encontrado la salvación».
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(1) Fuente: Sigalovada Sutta, en los 7 Suttas palis, de Grimblot, 297-320.