Parábolas e historias
LXIII. LA CASA INCENDIADA (1) 1. Un riquísimo padre de familia poseía una gran casa, pero vieja; sus paredes estaban carcomidas, sus pilares podridos y el techo muy seco e inflamable. Y sucedió que un día sintió olor a fuego. Salió precipitadamente de la casa y la vio abrasada por las llamas, y se pasmó de horror, pues amaba tiernamente a sus hijos y sabía que ignorando el peligro jugaban dentro de la morada. 2. Alocado, el padre pensó: ¿Qué hacer? Los niños son ignorantes y es inútil advertirles el peligro. Si voy a salvarles huirán, y aun salvando a uno, perecerán los otros. «De pronto, se le ocurrió una idea: «Mis hijos gustan de los juguetes, pensó, si les prometo unos magníficos, me escucharán.» 3. Y entonces empezó a gritar: «Niños, venid a ver la gran fiesta que os he preparado. Aquí hay juguetes para vosotros, como nunca los habéis visto. Pronto, ¡que si no será tarde!» 4. Y he aquí, que los niños salieron a escape de entre las ruinas. La palabra juguetes les había herido en su espíritu. Entonces, el buen padre, en su alegría, les compró los más preciosos juguetes, y cuando vieron la casa destruida comprendieron le buena intención de su padre, y loaron la sabiduría de su salvador. 5. El Tathagata sabe que los niños del mundo aman el falso brillo de los placeres mundanos, y les describe la bondad de la justicia, esforzándose también en salvar sus almas de la perdición, y les dará los tesoros espirituales de la verdad. __________ (1) Fuente: Dhammapada chino III. |
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