GALERÍA DE IMÁGENES – JOSÉ ORTEGA Y GASSET
Caricaturas: Bagaría
Retratos
En Galicia, Álvaro Bastida disfruta con nuestro filósofo.
De su afición por el lápiz y por Ortega nos ofrece esta prometedora muestra.
1897
J. Ortega y Gasset: El Imparcial, diciembre de 1910. Obras completas, I, pág. 532 (referencias a su estancia en el colegio de los jesuitas en Miraflores de El Palo, cerca de Málaga).
1911 – Marburgo
J. Ortega y Gasset: Prólogo para alemanes. (redactado en 1934) Obras completas, VIII, pág. 42.
1914 – Madrid
Mi salida natural hacia el universo se abre por los puertos del Guadarrama o el campo de Ontígola. Este sector de realidad circunstante forma la otra mitad de mi persona: sólo al través de él puedo integrarme y ser plenamente yo mismo…
Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo.»
J. Ortega y Gasset: Meditaciones del Quijote (1914). Obras completas, I, pág. 322.
1915 – El Escorial
J. Ortega y Gasset: del Prólogo a «Personas, obras, cosas». redactado en El Escorial, enero de 1916. Obras completas, I, págs. 419-420.
1915 – Madrid
J. Ortega y Gasset: Vieja y nueva política (conferencia dada en el teatro de la Comedia el 23 de Marzo de 1914). Obras completas, I, pág. 274.
«Todo español lleva dentro, como un hombre muerto, un hombre que pudo nacer y no nació, y claro está que vendrá un día, no nos importa cuál, en que esos hombres muertos escogerán una hora para levantarse e ir a pediros cuenta sañudamente de ese vuestro innumerable asesinato.»
Op. cit., pág. 284.
1916 – Buenos Aires
Desde este Escorial, rigoroso imperio de la piedra y la geometría, donde he asentado mi alma, veo en primer término el curvo brazo ciclópeo que extiende hacia Madrid la sierra del Guadarrama. El hombre de Segovia, desde su tierra roja, divisa la vertiente opuesta. ¿Tendría sentido que disputásemos los dos sobre cuál de ambas visiones es la verdadera? ambas lo son ciertamente por ser distintas. Si la sierra materna fuera una ficción o una abstracción, o una alucinación, podrían coincidir la pupila del espectador segoviano y la mía. Pero la realidad no puede ser mirada sino desde el punto de vista que cada cual ocupa, fatalmente, en el universo. Aquélla y éste son correlativos, y como no se puede inventar la realidad, tampoco puede fingirse el punto de vista.
La verdad, lo real, el universo, la vida ―como queráis llamarlo― se quiebra en faceteas innumerables, en vertientes sin cuento, cada una de las cuales da hacia un individuo (…)
Y viceversa: cada hombre tiene una misión de verdad. Donde está mi pupila no está otra: lo que de la realidad ve mi pupila no lo ve otras. Somos insustituibles, somos necesarios (…) Dentro de la humanidad cada raza, dentro de cada raza cada individuo, es un órgano de percepción distinto de todos los demás y como un tentáculo que llega a trozos de universo para los otros inasequibles.»
J. Ortega y Gasset: Verdad y perspectiva. El Espectador I (Febrero-marzo 1916). Obras completas, II, pág. 19.
1917 – Buenos Aires
J. Ortega y Gasset: Introducción a los problemas actuales de la filosofía (Conferencias en Buenos Aires: 1916). En «Meditación de nuestro tiempo. Las conferencias de Buenos Aires, 1916 y 1928», FCE, Madrid, 1996, p. 36.
1920 – Madrid
J. Ortega y Gasset: Incitaciones. El Espectador III, abril 1919. Obras completas, II, pág. 234.
1920 – Madrid
Así, es la madurez no una supresión, sino una integración de la infancia. Todo el que tenga fino oído psicológico habrá notado que su personalidad adulta forma una sólida coraza hecha de buen sentido, de previsión y cálculo, de enérgica voluntad, dentro de la cual se agita, incansable y prisionero, un niño audaz. (…) Somos todos, en varia medida, como el cascabel, criaturas dobles, con una coraza externa, que aprisiona un núcleo íntimo, siempre agitado y vivaz. Y es el caso que, como el cascabel, lo mejor de nosotros está en el son que hace el niño interior al dar un brinco para libertarse y chocar con las paredes inexorables de su prisión.»
J. Ortega y Gasset, La psicología del cascabel (marzo 1920). El Espectador III, Obras completas, II, págs. 299-300
1922 – Madrid
J. Ortega y Gasset: El tema de nuestro tiempo. (texto redactado a partir de la lección universitaria del curso 1921-1922). Obras completas, III, pág. 147.
1923 – Zumaya
J. Ortega y Gasset: El tema de nuestro tiempo. Obras completas, III, pág. 201. (1923)
1926
J. Ortega y Gasset: Vitalidad, alma, espíritu (posiblemente redactado en 1924). El Espectador V (1926). Obras completas, II, págs. 452-453.
1928 – Argentina
Yo creo que esta imagen dibuja con bastante pulcritud la esencia del vivir. La vida nos es dada, mejor dicho nos es arrojada o somos arrojados a ella, pero eso que nos es dado, la vida, es a la vez un problema que necesitamos resolver nosotros.»
J. Ortega y Gasset: Meditación de nuestro tiempo (Conferencias en Buenos Aires: 1928) FCE, Madrid, 1996, p. 190.
1928 – Buenos Aires
J. Ortega y Gasset: Max Scheler. Un embriagado de esencias (junio 1928). Obras completas, IV, págs. 509-510.
1928 – Buenos Aires
J. Ortega y Gasset. Conferencias de Buenos Aires, 1928. En «Meditaciones de nuestro tiempo. Las conferencias de Buenos Aires, 1926 y 1928». FCE, Madrid, 1996
, p. 189.
1928 – Madrid
Cuando se habla de «minorías selectas», la habitual bellaquería suele tergiversar el sentido de esta expresión fingiendo ignorar que el hombre selecto no es el petulante que se cree superior a los demás, sino el que se exige más que los demás, aunque no logre cumplir en su persona esas exigencias superiores. Y es indudable que la división más radical que cabe hacer en la humanidad es ésta, en dos clases de criaturas: las que se exigen mucho y acumulan sobre sí mismas dificultades y deberes y las que no se exigen nada especial, sino que para ellas vivir es ser en cada instante lo que ya son, sin esfuerzo de perfección sobre sí mismas, boyas que van a la deriva. (…)
La división de la sociedad en masas y minorías excelentes no es, por tanto, una división en clases sociales, sino en clases de hombres, y no puede coincidir con la jerarquización en clases superiores e inferiores.»
J. Ortega y Gasset: La rebelión de las masas (1930). Obras completas, IV, pág. 146.
1929 – Aravaca (Madrid)
sino que si existe el pensamiento existen, ipso facto, yo que pienso y el mundo en que pienso―
y existe el uno con el otro, sin posible separación. Pero no yo soy un ser sustancial ni el mundo tampoco ―
sino ambos somos en activa correlación: yo soy el que ve el mundo y el mundo es lo visto por mí. Yo soy para el mundo y el mundo es para mí.»
J. Ortega y Gasset: ¿Qué es filosofía? (lecciones impartidas en 1929 en la Universidad de Madrid). Obras Completas, VII, págs. 402-403.
«Vivir es el modo de ser radical: toda otra cosa y modo de ser lo encuentro en mi vida, dentro de ella, como detalle de ella y referido a ella. En ella todo lo demás es y es lo que sea para ella, lo que sea como vivido. La ecuación más abstrusa de la matemática, el concepto más solemne y abstracto de la filosofía, el Universo mismo, Dios mismo son cosas que encuentro en mi vida, son cosas que vivo. Y su ser radical y primario es, por tanto, ese ser vividas por mí, y no puedo definir lo que son en cuanto vividas si no averiguo qué es «vivir»
J. Ortega y Gasset: op. cit., pág 405.
1931
Es preciso, a marchas forzadas, usar de la República como de un formidable aparto para fabricar una España más rica y más precisa en que cada español dé su máximo rendimiento. Nos opondremos resueltamente a que quieran hacernos una republiquita tonta, compuesta de huelgas y de barullo parlamentario.
Cambiemos el signo: República española, es decir, alegría de gentes lanzadas a una gran empresa, rigor para exigir a todo el mundo que trabaje en la obra común y entusiasmo por la técnica que puede redimir la península de su inveterada miseria.»
J. Ortega y Gasset: Hay que cambiar de signo a la República (publicado en Crisol, 13 de Julio de 1931). Revista de Occidente, Extraordinario I. Noviembre 1981, pág. 85
.
1932
J. Ortega y Gasset: Unas lecciones de metafísica (curso impartido en la Universidad de Madrid en 1932/1933). Obras completas, 12, pág. 25.
1932 – Córdoba
J. Ortega y Gasset: En el centenario de una universidad. (conferencia dada en la Universidad de Granada en 1932). Obras Completas, V, pág. 474.
1934
J. Ortega y Gasset: Prólogo para alemanes (1934). Obras Completas, VIII, pág. 24.
1938 – París
J. Ortega y Gasset: Prólogo a Ideas y creencias (Buenos Aires, octubre de 1940). Obras completas, V, pág. 379.
1938 – Sorbona
J. Ortega y Gasset: Ensimismamiento y alteración (conferencia pronunciada en Buenos Aires en 1939.Incluido en El hombre y la gente).Obras Completas, VII, pág. 89.
1940 – Buenos Aires
En cambio, las ideas, es decir, los pensamientos que tenemos sobre las cosas, sean originales o recibidos, no poseen en nuestra vida valor de realidad. Actúan en ella precisamente como pensamientos nuestros y sólo como tales. Esto significa que toda nuestra «vida intelectual» es secundaria a nuestra vida real o auténtica y representa a ésta sólo una dimensión virtual o imaginaria.»
J. Ortega y Gasset: Ideas y creencias (1940). Obras completas, V, págs. 387-388.
1942 – Cascais – Portugal
Carta a Victoria Ocampo el 9 de octubre de 1941, en José Ortega Spottorno, Los Ortega, p. 387. Taurus.
1942 – Lisboa
Con la vida, claro es, nos es impuesta una larga serie de necesidades ineludibles, que hemos de afrontar so pena de sucumbir. Pero no nos han sido impuestos los medios y modos de satisfacerlas, de suerte que aun en este orden de lo inexcusable tenemos que inventarnos… el repertorio de nuestras acciones… Se nos imponen en la medida en que queramos pervivir, y no querremos pervivir si no inventamos a nuestra existencia un sentido, una gracia, un sabor que por sí no tiene… La vida es de suyo insípida, porque es un simple «estar ahí». De modo que existir se convierte para el hombre en una faena poética, de dramaturgo o novelista: inventar a su existencia un argumento, darle una figura que la haga, en alguna manera, sugestiva y apetecible. (…)
Frente a la vida que se aniquila y malogra a sí misma ―la vida como trabajo― erige el programa de una vida que se logra a sí misma ―la vida como delicia y felicidad. Mientras las ocupaciones forzosas se presentan con el cariz de imposiciones forasteras, a estas otras nos sentimos llamados por una vocecita íntima que las reclama desde secretos y profundos pliegues yacentes en nuestro recóndito ser. Este extrañísimo fenómeno de que nos llamamos a nosotros mismos para hacer determinadas cosas es la «vocación».
Hay una vocación general y común a todos los hombres. Todo hombre, en efecto, se siente llamado a ser feliz; pero en cada individuo esa difusa apelación se concreta en un perfil más o menos singular con que la felicidad se le presenta. Felicidad es la vida dedicada a ocupaciones para las cuales cada hombre tiene singular vocación.»
J. Ortega y Gasset: Prólogo a «Veinte años de caza mayor», del conde de Yebes. Obras completas, 6, 422-423.
1942 – Portugal
Esa constante invitación a la inautenticidad que la preexistencia social de las ocupaciones humanas nos dirige, es uno de los componentes trágicos del hombre, no obstante su ningún aspecto melodramático. De aquí que sea preciso combinar el aprendizaje ya absorción de la filosofía socialmente constituida y recomendada con un perenne esfuerzo por negar todo eso y volver a comenzar, o lo que es igual, por repristinar la situación en que la filosofía se originó. Aquellos primeros filósofos que en absoluto la hicieron porque en absoluto no la había, que, en rigor, no llegaron a hacer una filosofía, sino que meramente la iniciaron, son el auténtico profesor de filosofía a que es preciso llegar perforando el cuerpo de todos los profesores de filosofía subsecuentes.
Todo gran filósofo lo fue porque acertó a reproducir en su persona, siquiera aproximadamente, aquella situación originaria en que la filosofía nació.»
J. Ortega y Gasset: Prólogo a «Historia de la filosofía», de Émile Bréhier (1942). Obras completas, VI, pág. 402.
1943 – Sintra- Portugal
J. Ortega y Gasset: Introducción a Velázquez (1943). Obras completas, VIII, págs. 467-469.
1944 – Portugal
De aquí que en la contemplación de un hecho humano nada hay más incongruente que verlo como algo quieto y asilado. Esta es la óptica del geómetra. Pero hay que aprender una óptica opuesta, la del historiador. Ver algo históricamente es verlo en marcha, proviniendo de una cosa anterior y yendo hacia otra posterior. La pupila de la historia no se detiene nunca, sino que pendula sin cesar hacia adelante y hacia atrás, asimilándose de este modo a la realidad que contempla, la cual es, en efecto, un venir de, un ir hacia ―y no es otra cosa. (…) que la humanidad no es una especie, sino una tradición, que el modo de ser del hombre es distinto del de la piedra, la planta, el animal y Dios, porque es ser en una tradición. Por supuesto, es indiferente que este o el otro individuo quiera ser tradicionalista o quiera ser revolucionario. Ni más ni menos en uno que en otro caso, quiera o no, es en tradición.»
J. Ortega y Gasset: Paisaje de generaciones (hacia 1944). Obras completas, VIII, págs. 658-659.
1944 – Portugal
J. Ortega y Gasset: La razón histórica (Lisboa, 1944). Obras completas, XII, págs. 302-303.
1946 – Madrid
El juego, pues, es el arte o técnica que el hombre posee para suspender virtualmente su esclavitud dentro de la realidad, para evadirse, escapar, traerse a sí mismo de este mundo en que vive a otro irreal. Este traerse de su vida real a una vida irreal imaginaria, fantasmagórica es dis-traerse. El juego es distracción. El hombre necesita descansar de su vivir y para ello ponerse en contacto, volverse a ó verterse en una ultravida. Esta vuelta o versión de nuestro ser hacia lo ultravital o irreal es la diversión. La distracción, la diversión es algo consustancial a la vida humana, no es un accidente, no es algo de que se pueda prescindir.»
J. Ortega y Gasset: Idea del teatro (conferencias en Madrid y Lisboa, 1946). Obras completas, VII, pág. 469
1946 – Madrid (conferencia en el Ateneo)
J. Ortega y Gasset: Idea del teatro. Anejo I. (1946). Obras completas, VII, págs. 495-496.
1949 – Alemania
J. Ortega y Gasset: Sobre la leyenda de Goya (1949). Obras completas, VII, pág. 551.
1949 – Aspen – Estados Unidos
Aquellas acciones nuestras que tienen estos caracteres negativos y que ejecutamos a cuenta de un sujeto impersonal, indeterminable, que es «todos» y es «nadie», que llamamos la gente, la colectividad, la sociedad, son los hechos propiamente sociales, irreductibles a la vida humana individual. Estos hechos aparecen en el ámbito de la convivencia, pero no son hechos de simple convivencia.
Lo que penamos o decimos porque se dice; lo que hacemos porque se hace, suele llamarse uso.
Los hechos sociales constitutivos son usos.
Los usos son formas de comportamiento humano que el individuo adopta y cumple porque, de una manera u otra, en una u otra medida, no tiene remedio. Le son impuestos por su contorno de convivencia: por los «demás», por la «gente», por… la sociedad.»
J. Ortega y Gasset: El hombre y la gente. (Curso impartido en el Instituto de Humanidades de Madrid, 1949-50). Obras completas, VII, p. 76.
1949 – Aspen – Estados Unidos
J. Ortega y Gasset: El hombre y la gente. (Curso impartido en el Instituto de Humanidades de Madrid, 1949-50). Obras completas, VII, p. 115.
1949 – Aspen – Estados Unidos
J. Ortega y Gasset: El hombre y la gente. (Curso impartido en el Instituto de Humanidades de Madrid, 1949-50). Obras completas, VII, p. 77.
1949 – Aspen – Estados Unidos
J
. Ortega y Gasset: Goethe sin Weimar (conferencia dada en Aspen y Hamburgo en 1949). Obras completas, IX, págs. 583-584.
1949
J. Ortega y Gasset: Meditación de Europa (septiembre de 1949, conferencia de Berlín). Obras completas, IX, pág. 258.
1951 – Darmstadt
J. Ortega y Gasset: El mito del hombre allende la técnica. (Conferencia en Darmstadt, 1951). Obras Completas, IX, pág. 622.
1953 – Munich
Debemos, pues, contemplar nuestra vida como una articulación de campos pragmáticos. Ahora bien, a cada campo pramático corresponde un campo lingüístico, una galaxia o vía láctea de palabras, las cuales dicen algo, sobre todo gran asunto humano.»
J. Ortega y Gasset: Anejo: En torno al «Coloquio de Darmstadt, 1951» (hacia 1953). Obras completas, 9, págs. 642-643.
1953 – Numancia
Carta dirigida a un grupo de universitarios, junio 1953. En Gregorio Morán: El maestro en el erial. Tusquets editores, págs 277-278 y págs. 494-495.
1954 – Madrid
Pero he aquí que llega un momento en que ―a nuestro juicio― no puede haber ya guerra porque la guerra, con sus nuevas armas, se ha hecho imposible a sí misma. Es evidente que entonces la humanidad se ve obligada a inventar otro medio para resolver los problemas que son, de otro modo, insolubles. Nadie dudará de que ese medio no es fácil de hallar. Esto traerá para la humanidad una etapa, sin duda transitoria, pero de sobra larga en que después de haber sufrido tantos siglos por la guerra, va a tener que padecer algún tiempo, no cabe predecir cuánto, de la desaparición de la guerra, de la falta de guerra.
Esto es solo una imaginación mía, pero invito a u stedes a que mediten un poco sobre ella.»
J. Ortega y Gasset: Las profesiones liberales (conferencia, junio 1954). Obras completas, IX, pág. 704.
1954 – Alemania
Pero hay otro estrato de ideas que un hombre tiene, diferentes de todas aquellas que se le ocurren o que adopta. Esas «ideas» básicas que llamo «creencias… no surgen en tal día y hora dentro de nuestra vida, no arribamos a ellas por un acto particular de pensar, no son, en suma, pensamientos que tenemos, no son ocurrencias ni siquiera de aquella especie más elevada por su perfección lógica y que denominamos razonamientos. Todo lo contrario: esas ideas que son, de verdad, «creencias» constituyen el continente de nuestra vida y, por ello, no tienen el carácter de contenidos particulares dentro de esta. Cabe decir que no son ideas que tenemos, sino ideas que somos. Más aún: precisamente porque son creencias radicalísimas se confunden para nosotros con la realidad misma ―son nuestro mundo y nuestro ser―, pierden, por tanto, el carácter de ideas, de pensamientos nuestros que podrían muy bien no habérsenos ocurrido.»
J. Ortega y Gasset: Un capítulo sobre la cuestión de cómo muere una creencia (conferencia de Munich, febrero de 1954). Obras completas, IX, págs. 720-721.
1954 – Madrid
Sin ideas, bien entendido, el hombre no podría vivir… Las ideas, por tanto, las ocurrencias, los pensamientos de los individuos son aquello que las generaciones posteriores engranan en la capa de las creencias; se convierten en creencias y desaparecen como ideas.
Pero al principio las ideas son fuerzas destructoras, porque desarraigan a los hombres de una u otra creencia y finalmente, al cabo del tiempo, pueden destruir toda la creencia de un pueblo.»
J. Ortega y Gasset: Un capítulo sobre la cuestión de cómo muere una creencia (conferencia de Munich, febrero de 1954). Obras completas, IX, págs. 721-722.
1954 – Madrid
J. Ortega y Gasset: Prólogo a una edición de sus obras (1932). Obras completas, VI, págs. 350-351.
1954 – Madrid
19
54 – Madrid
«Cuando yo esté bajo la tierra sentiré sobre mi cuerpo perdurar los anchos paisajes. Y será una pena no poder asomarse alguna vez para ver cómo han reverdecido en primavera, si se han vuelto de cobre en otoño. Oiré sólo resonar los talones de la gente pasar y será como vivir al lado de un cuarto donde hay rumores. Cavilaré para interpretarlos pero siempre quedarán equívocos, sin solución definitiva. Sabré que algo pasa sobre mí pero nunca sabré lo que pasa.»
J. Ortega y Gasset: El estilo de una vida (Notas de trabajo de José Ortega y Gasset). Revista de Occidente, Mayo 1992, pág. 68.
1955 – Madrid
Últimas palabras a su esposa Rosa Spottorno:
«Rosa, oriéntame. No veo claro lo que ocurre.»
A su médico, Teófilo Hernando:
«Quiero concentrarme para darme cuenta de la situación y no puedo.»
José Luis Abellán: Ortega y Gasset y los orígenes de la transición democrática. Espasa Calpe, pág. 213.