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Historia del imperio chino – Papel, tinta e imprenta china


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La Mitología contada a los niños e historia de los grandes hombres de Grecia  

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LECCIONES DE HISTORIA DEL IMPERIO CHINO


Prólogo

Primera parte

De la situación, población y división

Del gobierno

De las dinastías

De varios emperadores

De los mandarines y la policía

Del ejército y las armas

De la justicia y los castigos

Segunda parte

De la religión

De los sacerdotes y templos

Del carácter y las costumbres

De la educación, las ciencias y los libros

De las fiestas y teatros

Tercera parte

Edificios públicos

De las producciones naturales

Continúa el mismo asunto

Prosigue la misma materia

De los animales

Cuarta parte

De las artes e industria

Continúa el mismo asunto

Prosigue la misma materia

Preguntas sobre las lecciones precedentes


 

 

LECCIONES DE HISTORIA DEL IMPERIO CHINO
 

Breve descripción de este Imperio, de su historia, población, 

gobierno, religión, industria, usos y costumbres
 

Redactadas por J. Herrara Dávila y A. Alvear – 1829


Índice

 

CUARTA PARTE
Lección XIX – Continúa el mismo asunto
(De las artes e industria)

231. Los chinos fabrican el papel de varias clases. El más general blanco y hermoso es de algodón. El que en Europa se llama de seda, lo fabrican con la segunda película del bambú y algunas otras plantas; es de una finura extremada, y hacen hojas de todos tamaños; pero entran en él con facilidad los gusanos y la corrupción. Ni la seda, ni ninguna substancia animal puede reducirse a una pasta tan fina que sirva para hacer papel, así que es un error vulgar creer que es de seda el de China. En lugar de la prensa, que se usa en Europa, para exprimir la humedad de las hojas de papel al fabricarlo, usan los chinos de hornos en los cuales las tienden. El rey tributario de la Corea envía de regalo todos los años al emperador una gran cantidad del exquisito papel que se fabrica en aquella península. Se fabrica este papel de la corteza más interior de un árbol, especie de morera, mezclada con el más fino algodón; es muy transparente, de modo que sirve de cristal en las ventanas, y sumamente fino; se hacen con él cartones finísimos o gruesos, pero muy ligeros. Empapado este papel en la goma tong-you se hace impermeable a la humedad; las mercancías bien envueltas en él se conservan sin avería en el fondo de los buques, aun cuando se mojen; de él se hacen paraguas y vestidos para preservarse de la lluvia, y se ha empleado con buen éxito para las pinturas al óleo.

232. La tinta de China se cree que está compuesta de una pasta formada con negro de humo de madera de pino, grasa de cerdo, aceite y varios perfumes, particularmente almizcle, a lo cual se añade cola de piel de asno. La mejor es la de Nan-Kin; pero los fabricantes de otras partes falsifican sus marcas, como también se falsifican en Europa en pastillas fabricadas acá. La tinta vieja es considerada por los chinos como un específico para los males de estómago y las hemorragias, cuyo favorable efecto solo puede provenir de la piel de asno.

233. El escritorio de los chinos es una pequeña mesa de mármol, con una pileta en un extremo para disolver las pastillas de tinta, el pincel de que ya se ha hecho mención, el papel y la tinta. Estas cuatro cosas son llamadas pan-tse, que quiere decir las cuatro cosas preciosas, y los literatos tienen en ellas un lujo extremado.

234. Es inmemorial entre los chinos el arte de la imprenta, pero no tiene la perfección que en Europa. Consiste en grabar de relieve sobre una plancha de madera, poniendo encima de ella pegada al revés la hoja escrita del papel, y el grabador esculpe en la plancha los caracteres, vaciando los intervalos. Cuando el grabado es urgente se hace sobre una plancha de cera amarilla; para imprimir ponen la plancha grabada a nivel, la frotan con una brocha mojada en tinta de imprenta, ponen encima la hoja de papel y pasan sobre ella otra brocha seca, suave y oblonga, a fin de que se marquen los caracteres.

235. Esta tinta se hace allí con negro de humo disuelto en aguardiente y cola fuerte algo fluida.

236. Toda obra impresa lleva el nombre y sello del autor estampado con tinta roja de aceite; este sello está en escritura antigua, y contiene el nombre de la persona y una sentencia o divisa.

237. Como el papel sobre el que se imprime es muy fino, no resiste la impresión más que por una cara; y por esto, para hacer el libro, doblan las hojas de manera que las orillas se juntan en el canto del libro por donde están cosidas, y el doblez queda hacia fuera. Los libros están forrados de un cartón muy bueno gris o amarillo; los hay adornados con pinturas sobre piel o raso de seda y con flores y bordados; el título de la obra está escrito sobre la cubierta derecha; las obras de lujo tienen láminas iluminadas muy finas.

238. Los chinos usan de billetes para sus visitas en grandes hojas de papel, cuyo tamaño se gradúa por la calidad de la persona. El emperador usa para esto de papel de color de rosa con un solo signo en medio, que significa felicidad suprema, y se componen de los que representan el campo cultivado, la casa y los hijos, lo que manifiesta bien cuales son las cosas en que los chinos cifran la felicidad.

239. Los bastoncillos odoríferos que llaman Hiang-tay, y que casi todos los chinos llevan en la mano, se componen de varias yerbas y raíces aromáticas, cortezas de árboles, maderas odoríferas, gomas, resinas y betunes, reducido todo a pasta en la que se echa almizcle, el cual es producido con abundancia por un animal del Tibet, al que con este motivo llaman porta-almizcle. El emperador hace distribuir en las fiestas de la cuarta luna bastoncillos exquisitos a los príncipes y grandes. La navegación hace que se aumente el olor de estos bastoncillos, de tal modo que le conservan muchos más años y con más fuerza que en la China, y también lo comunican a cualquiera mueble por el contacto.

240. Todos los alimentos se conservan durante mucho tiempo sin corromperse. El país es tan saludable y los aires tan puros que, sin embargo de comerse toda clase de animales muertos de enfermedad y de vejez, y a pesar de la poca limpieza y la mucha estrechez con que viven las familias pobres, jamás se ha conocido peste ni enfermedades contagiosas, sino las han introducido alguna vez los europeos.

241. La religión de Budda, que profesa el dogma de trasmigración de las almas, prohíbe alimentarse de carnes; pero esta misma prohibición aviva la afición de los chinos a este alimento, siendo tan grande que comen hasta los animales más inmundos. La policía tiene prohibido, sobre todo, el uso de la carne de buey; pero se hace de fraude un gran comercio de ella. Las costumbres son allí superiores a toda ley y mandato.

242. No hay objeto de comercio que no se venda por las calles, pregonándolo vendedores ambulantes. Hay hasta cocineros, que en dos grandes cajones, llevan guisados muchos comestibles, y el fuego necesario para preparar otros.

243. Daremos idea del método que emplean los chinos para conservar algunos alimentos. Las frutas secas, como nueces, piñones y otras así, las cuelgan en un paraje cubierto, expuesto al Norte. Las castañas, después de escoger las más pesadas en una vasija llena de agua, que son las que se van al fondo, las templan en palomera, y las secan colgadas en cestos. Las naranjas y limones se conservan abriendo una zanja profunda en terreno seco y al abrigo de la lluvia; en el fondo se pone una capa de paja trillada de dos o tres pulgadas; encima se pone una capa de fruta, de modo que no se toque una a otra, y alternativamente se siguen poniendo capas de paja y de fruta, y por último se tapa la zanja con una cubierta de barro cocido, y las junturas con yeso o tarro. Las carnes y pescados se conservan dos y tres meses conducidos desde la Tartaria en estado de congelación, sin el auxilio de la sal. La carne se conserva también pasándola por el fuego o agua hirviendo puesta luego en vasijas cubiertas de manteca sin sal y enterradas.

 

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