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Historia de los hombres célebres de Grecia – Capítulo XX – Homero
Homero, llamado el padre de la poesía griega, vivió 300 años después de la guerra de Troya. No se sabe el lugar de su nacimiento, porque siete ciudades pretendieron la honra de haberlo sido, Esmirna, Rodas, Colofón, Salamina, Quíos, Argos y Atenas. La opinión más fundada es que vivía alternativamente en todas siete, recitando sus poesías, por lo cual se le ha comparado a los trovadores de la Edad Media. Compuso la Ilíada, poema en que refiere la guerra de Troya, y la Odisea, poema épico en que canta los viajes y los contratiempos que experimentó Ulises cuando de aquella guerra regresó a sus lares. Ambos poemas constituyen la primera y por consiguiente la más antigua historia de los griegos.
Hase dicho que los dioses que pinta en sus obras son extravagantes, y sus héroes groseros; pero él pintó las cosas tal cual eran, y las creencias tal cual existían en su tiempo. Alejandro el Grande apreciaba tanto a este gran poeta, que ponía un ejemplar de sus obras y su espada debajo de su almohada al acostarse, y hallándose ante el sepulcro de Aquiles exclamó: ―¡Oh! ¡feliz héroe, que tal poeta tuviste para cantar tus hazañas!
Era hijo de Criteis y discípulo de Fenio, el que, encantado por el juicio y excelente conducta de Criteis, se casó con ella y prohijó a Homero. Muertos sus padres, Homero, que ya proyectaba su Ilíada, viajó por toda la Grecia, el Asia Menor y el Egipto.
Retiróse después a Cuma, donde lo recibieron con alborozo y entusiasmo, de lo que se aprovechó para pedir que lo mantuviese el Estado; pero habiendo sido negada su pretensión, salió de allí y prosiguió su vida errante. Estando en una de las islas Esporadas, en camino para ir a Atenas, enfermó y murió allí 920 años antes de la Era cristiana. Después de muerto se le hicieron grandes honores, levantándole estatuas y labrándole templos.