Torre de Babel Ediciones

Las Sentencias Pares

DHARMA – Budismo Zen


Sunyata

LAS SENTENCIAS PARES (fragmentos del dhammapada)

Sophia, Revista Teosófica. Editada por la Sociedad Teosófica, enero 1908, pp. 26-28

(Aunque no se cita al traductor, seguramente se trata de Rafael Urbano, colaborador asiduo de la revista y traductor del Dhammapada al castellano, en lo que fue la primera edición en español ―desde el inglés―: El Dhammapada (el sendero de la ley) Biblioteca Orientalista, 1908. Nota: Torre de Babel Ediciones)

1. Las cosas vienen de lo más íntimo; nacen del corazón y el corazón las dispone. Si un hombre habla u obra con un mal corazón, el dolor irá tras él como la rueda del carro tras el pie de la bestia que lo arrastra.

2. Las cosas vienen de lo más íntimo; nacen del corazón y el corazón las dispone. Si un hombre habla u obra con buen corazón, la dicha le seguirá sin separarse como la propia sombra.

3. «Me ha injuriado uno, me ha pegado, me ha derribado, me ha vencido.» Los que hablen así no dejarán de odiar.

4. «Me ha injuriado uno, me ha pegado, me ha derribado, me ha vencido.» Los que dejen de hablar así cesarán de odiar.

5. «Lo que acaba con los odios no es el odio, sino la ausencia del odio.» He ahí una máxima tan antigua como el mundo.

6. Algunos no conocen este precepto: «No contendamos.» Los que le conocen, esos no contienden nunca.

7. El que atiende únicamente al placer, el que vive en la incontinencia de los sentidos y goza sin medida, se despoja de energía, y Mara (El Mal) le arrastra, como al árbol sin raíz le arrebata el viento.

8. Y el que no atiende al placer únicamente, el que vive en la continencia de los sentidos y goza con medida, ese acrecienta su celo y su energía, y Mara no le aniquilará, como el viento no vuelca una montaña.

9. El que, impuro, se reviste con la casta túnica amarilla del monje, siendo ajeno a la continencia y a la verdad, es indigno de vestirla.

10. Y el que es puro, está dotado de todas las virtudes y conoce la continencia y la verdad; ese es digno de vestirla.

11. Los que en la ciencia no ven la esencia, y en lo que no es la esencia la ven, se abandonan a inútiles aspiraciones y no alcanzarán la verdad.

12. Y los que en la esencia ven la esencia, y en lo que no es la ciencia no la ven, se entregan a aspiraciones legítimas y alcanzarán la verdad.

13. Así como en la casa mal techada cala la lluvia, en el ánimo que no medita penetran las pasiones.

14. Y así como en la casa bien techada no cala la lluvia, en el ánimo que medita no penetran las pasiones.

15. En este mundo y en el otro se lamenta el malvado. Se aflige, se atormenta ante la perversidad de sus obras.

16. Y en este mundo y en el otro se goza el hombre de bien. Se goza, se deleita ante la pureza de sus obras.

17. En este mundo y en el otro se desola el malvado. «He hecho el mal», se dice, desolado. Y mayor es su desolación cuanto más avanza en su camino.

18. Y en este mundo y en el otro se regocija el bueno. «He hecho el bien», se dice, alegrándose. Y mayor es su alegría cuanto más avanza en su camino.

19. El injusto, aunque recite todos los textos sagrados, no practicándolos, no es un buddhista. Es como el vaquero que cuenta las vacas de otro.

20. Y el que sigue la ley (Darma), aunque no recite más que un versículo, si es ecuánime, benévolo, sin odio, sin envidia, ese es un buddhista.

(Dhammapada)