Historia de los hombres célebres de Grecia – Capítulo II – Licurgo
Licurgo, legislador de los lacedemonios, era hijo de Eunomo, rey de Esparta y hermano de Polidecto que reinó después de su padre. La viuda de éste ofreció a Licurgo que se casase y reinase con ella; pero éste rehusó, contentándose con ser el tutor de su sobrino Carilao, hasta que llegado a la edad requerida subió al trono, que fue 870 años antes de la Era cristiana. A pesar de su noble y austera conducta fue calumniado, y se ausentó de Esparta. Viajó para estudiar las leyes y costumbres de otros países. Al regresar de sus viajes dio Licurgo a los lacedemonios leyes justas, severas y sabias, aunque entre ellas las hubo que merecieron justa crítica, como fue la que ordenaba matar a toda criatura que naciera con alguna imperfección en su cuerpo. Dícese que para obligar a los lacedemonios a la constante observancia de las leyes que había establecido, les hizo jurar de no variarlas y seguirlas hasta que volviese de un viaje que iba a emprender. Conseguido esto, partió para Creta, en donde se quitó la vida, dejando encargado que se echasen sus cenizas al mar, temiendo que si su cuerpo fuese trasladado a Esparta, los lacedemonios no se creyesen ya ligados por el juramento que se habían hecho.
Hay otro Licurgo que fue un renombrado orador ateniense.