TERCERA PARTE Lección XIV – De las producciones naturales.
168. Ya queda dicho que el terreno de la China es en extremo fértil. Casi todos los vegetales y la mayor parte de los animales de Europa se encuentran en la China con abundancia, y además tienen muchos de unos y otros que son desconocidos entre los europeos. Empero, esta fertilidad general no se opone a que haya, como hay en efecto, muchos distritos estériles e incultos, pues no puede dejar de ser así en una extensión tan grande de terreno; así como, por la misma razón, hay muy notable diferencia en la fertilidad y producciones de unas provincias a otras.
169. Los vegetales más notables y particulares de la China son el té, en primer lugar, el bambú, los melones, el li-tchi, el mangle, el long-yen, el yata, el tse-tse, el polomié, el tse-song o ivem-pé o ciprés, el gueyvoha o el tsi-chu o árbol del barniz, el tong-chu, el pe-la-chu o árbol de la cera, el ou-kicou o del sebo, el nan-mu, el tse-tau, el tie-li-mu o palo de hierro y otros muchos árboles, arbustos y plantas de jardines y hortaliza.
170. El té, en chino teha, es un arbusto que está clasificado en la familia de las Malvas: crece naturalmente sobre doce pies, pero regularmente no se le deja crecer más de seis o siete; tiene una flor rosada compuesta de seis o nueve pétalos, de los cuales tres son más pequeños; el fruto se parece a los granos de la capuchina, y no se sabe que se haga uso alguno de él; muchos tallos de igual altura y del grueso de un dedo, sin rama, nacen del tronco, y se dividen en muchos ramos que forman una especie de manojo semejante al de los mirtos; las hojas son de una a dos pulgadas de largo, estrechas y de un verde esmeralda muy hermoso; este arbolillo está siempre verde, se siembra en el mes de Marzo, se trasplanta de tierno, se colocan los pies a la distancia de unos tres a cuatro, y florece desde Octubre hasta Enero. Se cría en los valles al pie de las montañas en las provincias más cálidas; pero el mejor se cría en los parajes elevados, secos y pedregosos. A los tres años empieza a dar hoja con abundancia, a los siete tiene la altura ordinaria; y porque desde entonces empieza a declinar en la cantidad y calidad de la hoja que produce, se suele cortar por la cima, y al año siguiente da una gran cosecha de hoja; pero lo mejor es renovar las plantas cada cinco años, porque las viejas dan hoja áspera y amarga.
171. La primera cosecha se hace en Marzo, que es la de las hojas más tiernas, delicadas y aromáticas; la segunda se hace en Abril, y la tercera en Mayo. En el otoño se hace una segunda recolección, y es la más abundante; pero también de inferior calidad. Toda la hoja debe cogerse a mano y con cuidado, pero como esto no es posible en los parajes escarpados y pedregosos, se sirven en ellos de monos, que están enseñados a trepar por los árboles, pelar y sacudir la hoja. Para coger las hojas tiernas se elije la hora de la mañana antes de salir el Sol, cuando están cargadas de rocío. Las hojas de la primera cosecha se secan a la sombra y se arrollan a la mano por mujeres que entienden esta operación; las de las demás cosechas se ponen al vapor del agua caliente para ablandarlas y quitarlas cierta cualidad narcótica y dañosa; después se extienden sobre planchas de hierro, cobre o barro cocido, que se calientan en un horno, se arrollan y secan con el calor, y en seguida se restriegan para desmenuzarlas, y se guardan bien tapadas para librarlas de las impresiones del aire, en botes de estaño colocados en cajas de madera.
172. Los chinos cuentan cuatro clases de té; pero esta variedad no consiste en diferentes especies de la planta, la cual es una misma, sino en la clase de hoja y modo de secarla y arrollarla. La primera cosecha de las hojas tiernas y arrolladas, forma la clase de té imperial o tchou-tcha, porque es el que se recoge para la casa del emperador. Las hojas son de un verde claro al principio de la primavera, aplomado después, y, por último oscuro, y es lo que forma las diferentes clases de té verde, perla e hizou u oscuro. Los chinos, mezclan otros ingredientes al té para aumentar su cantidad, falsificándolo como son las hojas del Nenuphar de la India y de la Camelia-sesaugua, y además la mayor parte del que venden lo han cocido ya una vez, de lo cual y de las diferentes cosechas y terrenos en que es producido, resulta que los ingleses cuentan hasta ocho clases de té en el comercio. Es el ramo más importante del comercio de los chinos con los ingleses y holandeses, y anglo-americanos. La libra del superior se suele pagar en Canton a doce reales de vellón, y lo hay a peseta.
173. Se le atribuye al té muchas y maravillosas virtudes, y componen con él varias pastas y, medicinas, que usan como exquisitos específicos para muchas enfermedades. Algunos creen que el té imperial lo componen con una porción de sangre de caballo o de ciervo; pero no lo usan hasta un año lo menos después de cogida la hoja, porque haciéndolo recién cogido, se sube a la cabeza y ataca los nervios. En las provincias cálidas es una necesidad el usarlo para corregir las aguas que son regularmente muy crudas y dañosas; su uso es general en el imperio, se ofrece en tazas de porcelana a cualquiera hora a las personas que van de visita, y lo toman generalmente sin azúcar ni leche.
174. El bambú es una especie de caña tan alta y gruesa como los árboles más comunes; se cría en los terrenos pantanosos, su médula es de un gusto exquisito, especialmente siendo tierna, y su yema es un fruto delicado; con el tiempo el vástago se pone tan duro que sirve como las demás maderas; cuando verde se puede doblar y hacerle tomar la forma que se quiere, de modo que sirve para muchas clases de muebles y otras construcciones; de sus filamentos se fabrican esteras, cortinas y otras menudencias; haciéndolo pedacitos y dejándolos curtir en el agua, se hace de ellos una pasta con la que se fabrica excelente papel.
175. En la provincia de Quang-tong se producen unas cañas muy singulares, su botón es del grueso de un dedo, se entierra y nacen unas varas muy largas, divididas en muchas partes; de sus filamentos se hacen cuerdas, cestos, asientos de sillas, y sobre todo las ricas esteras tan estimadas en Holanda e Inglaterra.
176. En la China se cultivan muchas y muy exquisitas especies de melones; las principales son dos: unos muy pequeños de carne amarilla muy deliciosa, de que se come hasta la corteza, y otros más grandes, parecidos a los nuestros, de carne blanca y en lo más interior encarnada. Los mejores son los del país tributario de Ha-Mi, cayo virrey regala todos los años al emperador unos sesenta conducidos en una especie de literas que apenas tienen movimiento; el emperador reserva para sí unos diez y siete, y regala los demás.
177. El li-chi es una especie de dátil muy bueno.
178. El mangle es una especie de membrillos agridulce y muy sabroso, con un perfume agradable; la corteza es amarilla.
179. El long-yen es una especie de pera de color blanco, la carne aguanosa y agria.
180. El yata es una fruta de la figura y tamaño de nuestras piñas, la corteza verde, la carne blanca y de un sabor delicado; pero es alimento muy cálido y dañoso comiéndolo con exceso.
181. El tse-tse viene a ser otra fruta de árbol del tamaño y hechura de un huevo de gallina. Después de cogido se pone entre paja para que acabe de madurar; cuando lo está, tiene un hermoso color amarillo; después de seco se cubre de azúcar y la carne se pone arinosa, por lo que los portugueses le llaman higo.
182. El polomié es el fruto mayor que se conoce; suele pesar hasta cien libras, y se cría sobre las cimas del mismo tronco del árbol; encierra un gran número de nueces amarillas, cada una con un hueso que se come asado y es de un gusto exquisito; se compone también este fruto con leche de coco y hace un manjar delicado.
183. El tse-song o ivem-pe es un árbol que tiene parte del enebro y parte del ciprés; su pié tendrá un pié de diámetro, las ramas muy espesas y aromáticas tocan casi a la tierra; la hoja de las primeras es muy parecida a la del enebro, y las más altas a las del ciprés; el fruto es muy semejante al del enebro y, como en éste, destila el tronco muchas trementinas.
184. El gueyvoha es un árbol muy hermoso; tiene la altura de nuestras encinas y la hoja como el laurel; se llena de flores que forman hermosos ramos, son pequeñas de diversos colores y de un olor muy balsámico y agradable; se renuevan cuatro veces al año lo menos, y hay algunos que las echan todos los meses. Para sacar el barniz de él hacen varias incisiones a la corteza, sin que penetren la madera, y aplican a cada incisión una concha que clavan en la corteza, o bien un tubo de bambú hecho a propósito, por el cual corre el barniz a un vaso de barro; la cosecha se hace en el verano; el árbol ha de tener lo menos siete años; las incisiones se hacen por la tarde, y a la mañana siguiente se recoge lo que han destilado; cuando mil árboles dan en una noche veinte libras de barniz es una gran cosecha; se cuela por una tela clara, y el que no pasa por ella se vende a los droguistas para varios usos en la medicina.
185. Tiene este barniz propiedades muy perjudiciales en su cosecha; los obreros se ven expuestos por sus exhalaciones a una enfermedad peligrosa que se llama clavo de barniz, y cubre la cara y el cuerpo de unas costras que se curan a fuerza de purgantes y fumigaciones; para preservarse de este mal, está mandado por ley que los operarios se froten bien con un aceite compuesto a propósito, y que en el trabajo usen de una mascarilla, guantes, botines, y un peto de piel. Este barniz se aplica a la madera, al cartón y a varias telas y mezclas; es tan transparente que dos ni tres capas sobre la madera no impiden ver las menores vetas de ella; tiene además la propiedad de conservarla impidiendo que la humedad la penetre. Sin embargo, es preferible el barniz del Japón, porque está preparado con más gusto.
186. Hay otro árbol que se llama tong-chu o long, que quiere decir serpiente porque sus brazos imitan a este reptil, el cual produce una especie de barniz, y de su nuez se saca un aceite que da lustre a la madera; este aceite se emplea mucho en las luces. Hay también otros dos árboles que producen gomas muy estimadas. La una se llama mila, y la otra long ycon-po; aquella no es elástica, pero ésta sí, como el cutchu de América.
187. El pe-Ia-chu es el árbol que produce una especie de cera que excede a la de las abejas en blancura y brillo: se llena el árbol de una multitud de insectos, especie de cigarras, que son los que deponen sobre sus ramas canelones de aquella materia.
188. El ou-kicou es otro árbol el cual produce el sebo; no se cría sino en los países cálidos, se parece al cerezo, produce flores amarillas y blancas, unas machos y otras hembras, y en la extremidad de las ramas el fruto; éste es una especie de nuez triangular, morena y de tres cortezas, cada una contiene tres granos blancos cubiertos de una ligera capa de sebo; se machaca este fruto y se hierve en agua; la grasa o espuma que sobrenada es el sebo, del cual se fabrican velas mezclando una parte de aceite de lino; esta mezcla perjudica a la buena calidad de las velas, que hechas de solo la materia del árbol, bien purificada, serían muy hermosas.
189. El nan-mú es un árbol muy singular, se parece algo al cedro; sus ramas se dirigen todas hacia la cima del tronco, donde se reúnen y forman una especie de ramo o manojo. Su madera es apreciabilísima para la construcción de los edificios, y los chinos la tienen por incorruptible.
190. El tse-tau es un árbol que da una madera delicada para las obras de carpintería fina; es de color rojo oscuro, con unas vetas negras que parecen pintadas a mano.
191. El tie-li-mu es un árbol a cuya madera han puesto los portugueses el nombre de palo de hierro. No hay en efecto madera que pueda compararse a ésta en la dureza y resistencia, pues iguala casi al hierro; es obscura y muy pesada, y se emplea hasta en áncoras para los navíos en vez de aquel metal.
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