PRIMERA PARTE
Lección IV – De varios emperadores.
56. Son muchísimas y muy maravillosas las cosas memorables que de los emperadores de la China refieren sus historiadores; pero su relación es ajena del objeto de estas lecciones. No obstante referiremos algunas de las más distinguidas. A Fo-by se atribuye la civilización de los chinos: instituyó el matrimonio, creó jueces y magistrados, y dictó leyes que escribió en caracteres nuevos. Para atraerse el pueblo y persuadirle en favor de ellas, dijo que las había visto grabadas sobre las espaldas de un dragón que tenia la mitad del cuerpo de caballo. Esta impostura favoreció extraordinariamente su objeto; el dragón fue considerado como una divinidad, se ha hecho el distintivo de la China, y las leyes fueron recibidas como sagradas.
A Hoang~ti se considera como el inventor de la esfera, de los pesos y medidas, de la aritmética, de la hidráulica y de otras muchas artes.
Yao es memorable por su dulzura, beneficencia y aplicación a los negocios públicos. En la puerta de su aposento mandó colocar una campana, un tambor y tres tablas de diferentes metales; todo el que quería hablar al emperador tocaba en uno de estos instrumentos según era la clase del negocio, y al instante le daba audiencia. Hubo día que se levantó dos veces de la mesa, y otro que salió tres del baño para oír las quejas de sus súbditos. Fue muy aficionado a la agricultura, y escribió un excelente tratado de ella.
Chi-vang-ti fue muy ambicioso y emprendedor. Ensanchó mucho los límites del imperio, y ha sido el único soberano conquistador que ha tenido. Hizo construir en cinco años la famosa muralla que separa a la Tartaria de la China. Despreció las ciencias, porque decía que solo servían para fomentar la ociosidad a expensas de la agricultura y de las artes útiles; mandó quemar todos los libros, a excepción de los de agricultura, arquitectura y medicina.
Vouti por el contrario, al mismo tiempo que fue guerrero, valiente y formidable, fomentó las ciencias, mandó recoger los libros que habían quedado, aumentarlos, y nombró maestros para enseñar en escuelas públicas.
Tai-song fue un verdadero modelo de soberanos. Sumamente virtuoso y frugal, jamás permitió que se le sirviesen más de ocho platos; fomentó mucho las ciencias; estableció en su palacio una academia de sabios, y otra escuela para enseñar el manejo de las armas; solía él mismo confundirse con los jóvenes soldados en este ejercicio, y un día que un ministro le representó que podía tener peligro en medio de tanta gente armada le respondió “Si soy su padre ¿que puedo temer en medio de mis hijos?”. Este excelente monarca decía: “la salud de un estado depende de la felicidad de los súbditos. Un príncipe que oprime y sacrifica a su pueblo es como un hombre furioso que despedaza sus propias carnes por la manía de engordar devorándolas”. En una ocasión que los campos de la China estaban infestados de una plaga de langostas, se le vio coger uno de estos insectos y poniéndoselo en la boca exclamar; “infelices insectos que devoráis la sustancia de mi pueblo ¿por qué antes no devoráis mis entrañas?”. En otra ocasión, paseándose en una barca con sus hijos les dijo: “¿veis esta barca? el agua que es quien la sostiene, es también quien puede sumergirla; pues tal es el pueblo que sostiene a su soberano al paso que es también el que puede confundirle”.
Chi-tsou fue célebre por haber hecho construir el famoso canal que atraviesa el imperio de un extremo a otro en el espacia de 600 leguas. Además poseía todas las virtudes que hacen ilustre a un monarca, a cuya dignidad se elevó por su mérito desde la baja clase de cocinero de un monasterio de bonzos. Decía que un emperador debe ocuparse únicamente en las necesidades de sus súbditos; y que por mucha diligencia que ponga en moderar los impuestos, siempre debe temer que falte a su pueblo lo necesario.
Chan-hi se ha hecho memorable por sus buenas prendas, y por su afición a las ciencias europeas. Protegió mucho a los PP. Jesuitas; tenía con ellos continuas conferencias y tomaba sus lecciones. En su tiempo se publicó un edicto permitiendo la publicación de la religión cristiana en todo su imperio. Fue contemporáneo de Luís 14 de Francia. Sin embargo de su afecto a los Jesuitas, jamás pudieron convertirlo a la verdadera creencia, la cual no aprobaba sino con gran violencia.
Tabla cronológica de las 22 dinastías del imperio de la China
Nombres de las dinastías | Principio | años de su duración | Núm. de los emperadores |
Antes de J.C. |
|||
1.Yao | 2207 | 458 | 17 |
2. Chang | 1766 | 644 | 28 |
3. Tcheou | 1122 | 873 | 35 |
4. Tsin 1.º | 248 | 43 | |
5. Han | 206 | 426 | 25 |
Después de J.C. |
|||
6. Heon-han | 220 | 44 | |
7. Tsin 2.° | 265 | 155 | 15 |
8. Song | 440 | 59 | |
9. Tsi | 479 | 23 | |
10. Leang | 502 | 55 | |
11. Tthin | 557 | 33 | |
12. Sovy | 590 | 29 | |
13. Tang | 619 | 239 | 20 |
14. Heou-leang | 907 | 16 | |
15. Heou-tang | 923 | 13 | |
16. Heon-tesin | 936 | 11 | |
17. Heon-ban | 947 | ||
18. Heon-tcheou | 951 | ||
19. Soug | 960 | 319 | 18 |
20. Yven 1.ª línea tártara | 1280 | 89 | |
21. Ming | 1368 | 236 | 16 |
22. Tsin 3.º, 2.ª línea tártara reinant. | 1644 |