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Paradojas de Zenón – Filosofía Griega – Presocráticos – Sofistas – Sócrates

HISTORIA DE LA FILOSOFÍA – VOCABULARIO FILOSÓFICO

PRESOCRÁTICOS

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Conceptos fundamentales explicados

Paradojas de Zenón

      Conjunto de argumentos aparentemente irreprochables utilizados por Zenón de Elea para la defensa de las tesis de su maestro Parménides y cuyas conclusiones (el carácter absurdo del movimiento y la multiplicidad) parecen ir en contra de los más básicas convicciones de todo el mundo.

Llamamos paradoja a toda argumentación contraria a las opiniones comunes, a los principios de la ciencia o que da lugar a conclusiones contradictorias. La dialéctica griega a partir de Zenón de Elea presentó un amplio número de argumentaciones paradójicas, de las que destacan las paradojas lógicas. Se trata de enunciados que lo mismo son verdaderos que falsos. Una de las más antiguas y conocidas de estas paradojas es la del “mentiroso”, propuesta por Epiménides el Cretense, el cual afirmaba que todos los cretenses son embusteros (en este caso la paradoja aparece si el enunciado es verdadero pues el mismo Epiménides es cretense y tiene que estar diciendo algo falso, lo cual es una contradicción).
Puede ilustrar también esta noción la paradoja que se le presenta a Sancho Panza cuando es nombrado gobernador de la ínsula de Barataria: en un señorío había un río, sobre un río estaba un puente, al final del cual había una horca y unos jueces que juzgaban la ley que puso el dueño del río, del puente y del señorío: «si alguno pasare por este puente de una parte a otra, ha de jurar primero adónde y a qué va; y si jurare verdad, déjenle pasar; y si dijere mentira, muera por ello ahorcado en la horca que allí se muestra, sin remisión alguna» […] «Sucedió, pues, que tomando juramento a un hombre, juró y dijo que para el juramento que hacía, que iba a morir en aquella horca que allí estaba, y no a otra cosa. Repararon los jueces en el juramento, y dijeron: «si a este hombre le dejamos pasar libremente, mintió en su juramento, y, conforme a la ley, debe morir; y si le ahorcamos, él juró que iba a morir en aquella horca, y, habiendo jurado verdad, por la misma ley debe ser libre». «Don Quijote de la Mancha», Segunda Parte, capítulo LI.
Ver «aporías de Zenón«.

TEXTOS PRESOCRÁTICOS-SOFISTAS-SÓCRATES

Zenón de Elea y dos de sus paradojas o aporías en contra de la multiplicidad y del movimiento.

Si existe una pluralidad, es necesario que las cosas sean tantas (en número) cuantos son y no más ni menos. Y si son tantas cuantas son, deben ser limitadas.
Si existe una pluralidad, las cosas existentes son infinitas; pues siempre hay otra cosa entre ellas, y otras, a su vez, entre estas otras. Y así, los seres existentes son infinitos.

Simplicio, Física, 140, 29
(Kirk y Raven, Los Filósofos Presocráticos, Editorial Gredos)

El segundo es el llamado de «Aquiles» y consiste en lo siguiente: el corredor más lento no será nunca adelantado por el más rápido; pues es necesario que antes llegue el perseguidor al punto de donde partió el perseguido, de modo que es preciso que el más lento vaya siempre algo delante. Este argumento es el mismo que el que se basa en la bisección, pero se diferencia de él en que no divide en mitades el espacio sometido a sucesiva consideración.

Aristóteles, Física, Z 9,  238 b 14
(Kirk y Raven, Los Filósofos Presocráticos, Editorial Gredos)

© Javier Echegoyen Olleta
Edición en papel:
Historia de la Filosofía. Volumen 1: Filosofía Griega. Editorial Edinumen