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SAN AGUSTÍN -pintura- Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano

DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO HISPANO-AMERICANO(1887-1910)

Índice

SAN AGUSTÍN, cuadros de Murillo y de Ribera (pintura)

AGUSTÍN (SAN)

Pintura. Abundan en los museos los cuadros referentes al gran obispo de Hipona, cuya imagen se ha popularizado en gran manera tanto por la fama que disfruta como santo y escritor sagrado, cuanto por el gran número de conventos que desde el siglo XIII se fundaron en toda Europa bajo la regla del autor de Las Confesiones

San Agustín Cuadro de Murillo, Museo del Prado, número 860, figura de cuerpo entero y tamaño natural.

El lienzo, representación alegórica del célebre lema de San Agustín: «Puesto en medio no se a dónde volverme», figura al santo arrodillado en las gradas de un altar, contemplando extático y con los brazos abiertos a Jesús crucificado que le redime con la sangre de su costado y a la Virgen Santísima que le nutre con el néctar virginal de su casto seno. Ambas imágenes se destacan sobre una gloria luminosa con multitud de ángeles, dos de los cuales recogen del suelo el báculo y la mitra del ilustre doctor, honra de la Iglesia africana, cuyos escritos aparecen en primer término.

Pertenece este cuadro al estilo de su autor, llamado cálido, y es verdaderamente notable por la expresión del protagonista, su vigorosa entonación y lo armonioso de su colorido. Fue propiedad del Marqués de los Llanos, le cuya colección pasó a la sacristía de la Real capilla, en tiempo de Carlos III.

Murillo reprodujo muchas veces la imagen de San Agustín en diversas actitudes. En el Museo provincial de Sevilla existen dos lienzos, números 52 y 55 del catálogo, que representan al santo en oración y en éxtasis ante la Santísima Trinidad. Según D. Luis Alfonso, en sus obra Murillo, poseen cuadros alusivos al mismo personaje: en Madrid el Marqués de Cerralbo y en Inglaterra W. R. Bankes, J. T. Milis y E. A. H. Lechmere.

San Agustín Cuadro de Ribera, Museo del Prado, número 992, figura de cuerpo entero y tamaño natural.

Hallase el santo en oración delante de una mesa sobre la que se ven la mitra, el báculo y un manuscrito. Un resplandor celestial ilumina al obispo que viste el hábito negro de su orden. Sin ser este lienzo de gran composición, es notable por la manera como está interpretado el natural y por lo valiente de su claro oscuro. Perteneció al Marqués de Alcántara, de quien lo adquirió Fernando VII en 1833, por la cantidad de 6.000 reales.

San Agustín (biografía)

Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano (vol. 1, pág. 686 – editado: 22-9-2007)            SAN AGUSTÍN, cuadros de Murillo y de Ribera
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