HISTORIA ROMANA CONTADA A LOS NIÑOS –Jules Raymond Lamé Fleury
|
SERVIO TULIO – SEXTO REY DE ROMADesde el año 176 hasta el año 220 (espacio de 44 años) Os he dicho hace poco al contaros la historia del niño Servio, que le habían visto en su cuna rodeado de una llama, y que era hijo de una esclava, pero no sabéis lo que es una esclava, y voy a procurar explicároslo. Cuando los romanos quemaban o destruían las ciudades de sus enemigos se llevaban consigo todos los hombres, mujeres y niños, vendiéndolos después en los mercados como ahora venden caballos y otros animales; los que los compraban los hacían esclavos; es decir, que tenían derecho para pegarlos y aun matarlos algunas veces, y mandarlos hacer cuanto quisieran para su servicio; bien juzgáis que aquellas pobres gentes eran muy dignas de lástima cuando tenían malos amos que las maltrataban; porque jamás podían dejarlos sin su permiso, y cuando tenían esta dicha decían que eran libertos. La madre del pequeño Servio era, pues, esclava en la casa de Tarquino, más la reina Tanaquil la tornó cariño lo mismo que a su hijo, que educó muy bien, y a quien con consentimiento del rey dio por mujer a su hija mayor cuando fue grande, de modo que Servio se hizo yerno del rey. Cuándo Tarquino murió, dejó dos niños que eran muy jóvenes para reemplazarle, y Servio se gobernó tan bien que con el auxilio de la reina Tanaquil llegó a ser rey, aunque el senado no estaba muy contento con ser gobernado por él. No obstante Servio no fue un rey malo: también batió a los enemigos de Roma que eran todavía muy numerosos, agrandó mucho la ciudad e hizo construir hermosos edificios; en fin, hizo acuñar moneda, que en lugar de tener la cara del rey como en el día, representaba entonces la imagen de una oveja. El bien que hizo le granjeó el amor de los romanos, pero fue en su propia familia donde encontró sus más crueles enemigos, y ved aquí cómo esto sucedió. Servio tenia dos hijas, que casó con los dos hijos de Tarquino; uno de estos príncipes, Lucio Tarquino, era muy malo, y una de las hijas del rey Servio, que llamaban Tulia, no era mejor que él; por desgracia estas dos malas criaturas no estaban casadas una con otra, pero se entendieron tan bien que Tulia envenenó un día a su marido para casarse con Lucio, quien por su parte hizo quitar la vida a su mujer. Bien veis que ambos eran malvados, que merecían ser castigados de un modo terrible por tan gran delito, pero cometieron otro mucho mayor todavía. Un día Lucio Tarquino declaró de repente que quería tener la corona del rey Servio, porque había sido de su padre, y se atrevió a subir sobre el trono del rey, quien quiso obligarle a bajar de él; pero como Tarquino era más joven y robusto precipitó a su suegro de alto a bajo del trono, hiriéndole gravemente. Al llevar al rey a su casa unos malvados a quienes Tarquino habla apostado le dieron de puñaladas, y el pobre rey quedó en la calle cubierto de sangre, y murió sin que nadie se atreviese a socorrerle ni levantarle por miedo de la cólera de Tarquino El rey Servio se hallaba todavía tendido en la calle cuando su hija Tulia pasó en su coche por aquella misma calle. Su cochero, que vio el cuerpo del rey ensangrentado y abandonado de aquella manera, quiso volverse atrás, pero la infame Tulia le mandó que pasase por encima; una acción tan horrible no queda sin castigo como lo veréis muy en breve, porque Dios la maldijo, lo mismo que a su marido. |
© TORRE DE BABEL EDICIONES – Edición, maquetación y diseño web: Javier Echegoyen – Aviso legal y política de privacidad |