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Torre de Babel Ediciones

El budaismo. El budismo en la España del siglo XIX

EL BUDAISMO



EL INSTRUCTOR o Repertorio de historia, bellas letras y artes

Tomo VIII   –  pp. 23-26

Londres: en casa de Ackermann y compañía. Repositorios de artes, 96, strand   – 1841

 

Nota del editor: la revista no cita al autor del artículo. Mantenemos la ortografía de la época y los nombres extranjeros tal y como se transcriben en el artículo. Puesto que la edición de este texto tiene como fin presentar el modo en que se recibió e interpretó el budismo en España, tampoco corregimos los posibles errores en la explicación de los principios y tesis budistas.

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PALACIO DEL GRAN LAMA EN EL TIBET

 

En el vasto continente de Asia donde no ha penetrado aun de un modo sensible la benéfica influencia del cristianismo, existen varias sectas idólatras entre las cuales las cuales la mas extensa é importante es la conocida con el nombre de budaismo, ó culto de los prosélitos de Buda. El origen de esta secta es muy incierto y remoto: se duda si el budaismo originó en la India ó fué importado de otros paises; la antigüedad relativa de esta creencia y la de los bracmanes del Indostan, ha dado origen á prolongadas disputas, y prevalece mucha incertidumbre respecto á la época á que debe referirse la fundacion de una y otra secta. Respecto á lo primero pretenden algunos autores que el budaismo fué introducido en la India por los africanos, fundándose en algunos rasgos característicos de los naturales de Africa, que distinguen varias de las efigies ó representaciones tradicionales de Buda, tales como cabello ensortijado, tez negra, etc.; pero á esta opinión se opone el hecho de que estos caracteres no son siempre uniformes, ademas de que las crónicas que se conservan en lenguaje sanscrito (*) expresivas de los dotes personales de Buda contradicen positivamente el origen africano que se le ha querido dar. No ha mucho que se publicaron en esta capital las traducciones de dos de dichos libros sagrados; uno de ellos contiene treinta y dos lakshanas ó «caracteres» y el otro ochenta vyanjanas ó signos peculiares de Buda ; y en el primero le representan de color dorado, y de nariz prominente ó aguileña, circunstancias ambas enteramente extrañas á un individuo de la raza negra.

Aun los prosélitos de Buda á pesar de lo mucho que difieren en opinión respecto á la época en que vivió el fundador de su secta, no tienen pretensiones de antigüedad muy remota, antes bien admiten en general la prioridad de los bracmanes; las principales consideraciones que parecen sin embargo establecer su derecho de precedencia, son: 1º. La existencia de considerables restos arquitectónicos evidentemente pertenecientes á la secta de Buda diseminados hoy por todo el país que ocupan los sectarios de Brama. 2ª. La ausencia total del budaismo en la India donde se sabe existió, lo cual presupone que debió haber sido extinguido á un periodo muy remoto de nuestra era. 3ª. La opinión generalmente admitida de que las tribus bracmanas invadieron la India por el norte y nor-oeste, lo cual favorece la creencia de que los habitantes primitivos del país á quienes vencieron y expelieron de él eran budistas. 4ª. El carácter peculiar del budaismo que es en varios respectos mas sencillo que el culto de los bracmanes, acercándose asi mas á la idea que tenemos de la sociedad en su primer periodo. Sin embargo todas estas razones han sido refutadas con otras igualmente plausibles que hasta cierto punto parecen probar que el budaismo tuvo su origen en el culto bracman, y que la primera secta indiana de que tenemos noticia es la de los prosélitos de Veda despues Brama que en un principio adoraban al sol, el fuego y los elementos. Por último la presencia de varios templos y monumentos budáicos diseminados por los paises donde prevalece el bracmanismo, han autorizado la creencia ya muy general de que el origen de ambos cultos fué coetáneo y que debió haber paz y buena inteligencia, al menos por algun tiempo, entre los que profesaban uno y otro. De todos modos la diferencia que existe entre ambas creencias no es muy considerable.

Según las tradiciones autorizadas de las budistas en varios puntos de Asia, el fundador de la secta fué el hijo de Sudodana rey de Magada. Su nombre parece haber sido Sarvartarida, pero frecuentemente le distinguían por los epitetos honoríficos de saquiasina y saquiamuni, el «león,» y el «devoto» de la raza de Saquia. El titulo de Buda, ó «Sabio,» no le fué otorgado hasta que hubo adquirido gran renombre por su eminente santidad y su profunda sabiduria, De su vida privada se sabe muy poco. En conformidad á la costumbre establecida, el niño, pocos dias después de su nacimiento fué presentado delante de la imagen de una deidad, la cual dicen inclinó la cabeza al verlo, en vaticinio de su grandeza futura. A los diez años de edad fué colocado bajo la direccion de un instructor espiritual; muy pronto manifestó facultades mentales de primer órden, distinguiendose asimismo por la extraordinaria belleza de su persona. A los veinte años tomó por mujer á una noble doncella de Ceilan de quien tuvo dos hijos. Empezó por entonces á entregarse á serias meditaciones sobre la depravación y miseria del género humano, y concibió el proyecto de retirarse de la sociedad y hacerse ermitaño. En vano intentó su padre disuadirle de este designio, Buda burló la vigilancia de los guardias destinadas á celarle, y fijó su residencia á orillas de un rio llamado Arnasara en el reino de Udipa. Alli permaneció seis años sin que nadie osase interrumpirle en sus meditaciones devotas. Al cabo de este tiempo se presentó en Benares con el carácter de preceptor religioso. Dícese que algunos de los que le oyeron al principio le tuvieron por loco, pero sus doctrinas adquirieron muy luego gran renombre y se propagaron tan rápidamente que el mismo Buda las vio antes de su muerte recibidas por toda la India. Murió á los ochenta años. La divergencia de opiniones que existe respecto á la época en que vivió Buda no tiene acaso paralelo en la historia. Entro el tiempo en que fijan algunos escritores del Tibet la muerte del fundador de su secta, hasta la que señalan los de la isla de Ceilan, hay una diferencia de nada menos que 1877 años, colocándola los primeros en el de 2420, y los segundos en el de 543 antes de nuestra era. Sin embargo la mayor parte de los recuerdos tanto escritos como tradicionales que existen hoy, concuerdan en el aserto de que Buda vivió en el siglo onceno antes de la era vulgar, lo cual combinado con otras circunstancias y datos fuera prolijo repetir ahora, hacen bastante probable el cómputo de los mongoles que refieren su nacimiento á los años 1022 ó 1027 y su muerte á los de 942 ó 947 antes de N. S.

Los principales distintivos de los templos budaicos son las dagobas y las imágenes del ídolo. La dagoba es un edificio hemisférico y á veces piramidal que contiene alguna reliquia de Buda; este monumento se halla ó bien dentro del templo principal ó á su inmediacion, y descansa sobre un pedestal generalmente de forma cilindrica, el cual varia en su elevacion. Las imágenes de Buda no son otra cosa que representaciones de la figura humana en una postura contemplativa, algunas veces de pié ó bien reclinadas, pero mas comunmente sentadas con las piernas cruzadas. El indice de la mano derecha apoya á veces sobre uno de los dedos de la izquierda, pero mas comunmente descansa este sobre la rodilla izquierda, quedando entonces la mano derecha abierta en disposición de recibir las ofrendas que se hagan al idolo. El cabello está siempre rizado á semejanza de una peluca, y las orejas extendidas y dobladas como si las oprimiera el peso de algunos adornos suspendidos de ellas. Al rededor de cada templo budáico hay frecuentemente un número de celdas pequeñas, sin duda para refugio de los peregrinos ó habitacion de los sacerdotes residentes de continuo cerca de! santuario.

El primer país extraño que admitió las doctrinas del budaismo fué la isla de Ceilan, pero mientras se propagaban en ella extendiendose despues por la península oriental, sufrian en la India una persecución obstinada v terrible que últimamente vino á erradicarlas enteramente del país donde habian originado. Es muy dificil descubrir el motivo de estas persecuciones, pero se infiere que la casta de los bracmanes no podría mirar sin celos é inquietud el progreso de una secta que amenazaba derribar su autoridad y privarles de todos los privilegios que les concedía su constitución; pero lo que es aun mas incomprensible es que los soberanos de la India después de tan larga tolerancia consintiesen en prestar su auxilio á les bracmanes para oprimir á los budistas, cuyos principios parecian mas bien constituirlos en protectores de la autoridad real y civil contra la preponderancia do una secta que cada dia se iba haciendo mas poderosa.

Las guerras de los bracmanes del Indostan y de los budistas comenzaron en el siglo V y terminaron en el VII de nuestra era; fué el budismo introducido en la China hacia el año 65 de la misma, y en Java á mediados del siglo quinto. En esta isla sin embargo fué precedido por la secta de Brama. El Tibet adoptó las doctrinas de Buda hacia el año de N. S. 407.

La colección de libros sagrados de los budistas es muy voluminosa, pero hasta ahora apenas conocemos mas que la nomenclatura de las obras que la componen. El idioma en que los sabios budas consignaron originalmente por escrito sus doctrinas fué el sanscrito, citado anteriormente. Entre estas obras las mas importantes son los nueve Darmas ó narraciones en que van mezcladas las explicaciones de la doctrina budáica, con apuntes históricos y biográficos relativos á la vida de Buda y de sus sucesores mas distinguidos. Hay varias otras que contienen oraciones ilustradas con copiosos comentarios, exposiciones de la doctrina en general, etc.

       Fuera preciso extendernos en este artículo mas de lo que nos hemos propuesto, si hubiesemos de entrar en el pormenor de las doctrinas de esta secta. Su código da leyes ó preceptos religiosos fundados en los principios reconocidos de moral universal, se distinguen por su sencillez y carácter patriarcal, pero sus concepciones del «primer principio y de la esencia de la divinidad,» son ciertamente singulares; pasaremos en silencio sus curiosos argumentos, limitándonos á dar una idea de su cosmografía y creencia respecto de lo futuro.

Los budistas dividen el universo entero en cuatro divisiones principales. La primera consiste de trece bodisátua-buvanas ó mansiones creadas por el Adi-Buda ó primer Buda. Una de estas mansiones es la residencia del dios, y las demás están destinadas para los justos elegidos por él. La segunda division que se halla inmediatamente debajo de la anterior, se compone de diez y ocho mansiones creadas por Brama. Es de advertir que los budistas no niegan la existencia y divinidad del dios de los bracmanes, pero sostienen que tanto este como Vishnu y Siva (las tres deidades del Indostan) son emanaciones ó criaturas de Buda. Mas abajo se halla la tercera division que comprende seis mansiones dependientes de Vishnu; por último la cuarta se compone de tres, sujetas al dios Siva. Los fieles servidores de Brama, Vishnu y Siva procederán respectivamente á estas mansiones despues de su muerte. De estas tres deidades creadas por Buda la primera recibió el cargo de la creacion, la segunda el de la preservacion y la tercera el de la destruccion. Debajo de estas buvanas empieza otra serie de ellas pertenecientes a Sudra Surga (el sol) chandra (la luna) Agnu, Vayá, etc. Sigue después la tierra con sus siete divipas ó continentes separados por siete mares. Mas abajo de la tierra se encuentra la region de las aguas sobre las cuales flota esta como un bote, y debajo de la region de las aguas se hallan las siete patalas ó regiones infernales, seis de las cuales sirven de residencia á los Daityas ó espíritus malignos, y la séptima, subdividida en ocho compartimientos, es el infierno de los pecadores.

Las doctrinas de los budas respecto á la creación no son menos singulares. Segun ellas la nonentidad ó espacio vacio es el estado original de todo lo que existe. La creacion del universo se supone haber emanado de la primera region ó mansion de Buda, de este modo. Levántase en ella un viento que soplando hacia abajo produce la segunda division cosmográfica ó mansion de los espíritus superiores; del mismo modo una sucesion de mansiones de espiritus inferiores se va formando, hasta que el viento llega al limbo inferior ó region del espacio vacio, donde una fuerte condensación del aire viene á formar el germen del mundo material. Todas estas regiones ó mansiones, á excepción de la primera, se hallan sujetas á una disolucion y reproduccion alternada. Los budas parecen haber tomado de los bracmanes varias concepciones mitológicas y con ellas su doctrina respecto á las cuatro yugas ó períodos de tiempo en que se divide cada calpa, ó duración de la existencia del mundo desde el principio hasta su disolución. Distinguen estas yugas por la duración de la vida del hombre en cada una de ellas. En la primera yuga del presente calpa vivian los hombres 80,000 años; en la segunda 10,000. En la tercera 1,000, y en la cuarta yuga actual, que tambien se subdivide en cuatro periodos, la duracion de la vida del hombre disminuirá gradualmente desde cien años hasta siete, y hácia su conclusión la estatura humana quedará reducida á una pulgada.

Una de las diferencias esenciales los budistas y los bracmanes es el carácter que atribuyen á sus profetas ó santos, y particularmente al fundador de su secta. Sakiasina, segun la creencia uniforme de todos sus prosélitos, no fué una encarnación de la divinidad, sino simplemente un mortal que por su santidad y devocion llegó á adquirir grande eminencia, y que después de su muerte, procedió á reunirse definitivamente con Adi-Buda. Habíanle precedido seis individuos iguales á él en santidad, pero nada se sabe de los hechos atribuidos á estos seres mitológicos. Otro santo de la misma clase deberá aparecer 500 años después de la muerte de Sakiasina. A la aparicion de este último se siguió una sucesion de Bidisátuas ó mortales perfectamente virtuosos, cuyas almas, aunque no se hallaban sujetas á la necesidad de la existencia terrestre, descendieron voluntariamente á la tierra á fin de contribuir y promover el bienestar del género humano. Estos bodisátuas han tomado gradualmente el carácter y aspecto del idéntico Sikiasina á quien por este medio se supone todavía vivo en las personas de los lamas del Tibet, pues es punto admitido entro ellos que la renovación de la vida del fundador ó su personificación en varios individuos simultáneamente no envuelve contradicción. Sin embargo el principal representante, ó aquel en quien se supone la identidad absoluta de Sikiasina, es el gran Lama cuyo palacio representa nuestro grabado anterior.

Este dogma de identidad contínua en la persona de los lamas sucesivos, se halla ilustrada en una carta que dirigió al gobernador general de las posesiones inglesas en la India, el lama de Tesu-Lambo en la cual solicitaba la adjudicación de un pequeño territorio cerca de Calcuta, dundo por motivo de su petición que aunque en los diferentes períodos de su renovacion ó revivificacion había escogido varias regiones como puntos de su nacimiento, sin embargo Bengala era el único país en que habia nacido dos veces, por cuya razon le tenia mas cariño que a ningún otro.

Los budistas niegan enteramente la autoridad de los Vedas y condenan los dogmas religiosos y los sacrificios y ceremonias prescritas en ellos y observados por los naturales del Indostan. No tienen como estos distinciones de cartas hereditarias. Sus sacerdotes son elegidos entre todas las clases de la sociedad. Tienen que guardar el celibato, pero pueden sin embargo renunciar su caracter sacerdotal, en cuyo caso se les permite contraer matrimonio. Hay en Ceilan, tres clases de sacerdotes: los del orden superior (que parecen ser los únicos sacerdotes legítimamente budistas de la isla) son en general personas de alto rango y saber, y son mantenidos en los principales templos que se hallan la mayor parte dotados de pingües haciendas adjudicadas para el sosten de los ministros del culto por los soberanos del pais. Los sacerdotes budas llevan todos la cabeza descubierta y rasurada, pero para guarecerse del sol usan una sombrilla hecha de hojas de palmira llevándola con ciertas distinciones de que solo disfrutan los principes. En Ceilán gastan una túnica amarilla echada sobre los hombros y recogida en la cintura con una banda de lana. Entro otras ceremonias que se practican en el imperio birmán para la consagración de un sacerdote buda, se exige al candidato que tenga presentes los cuatro principales mandamientos por los cuales está obligado á observar estricta castidad, no matar, no robar, y no practicar brujerias ó envilecer el carácter sacerdotal con la codicia. Se le exige la promesa de proporcionarse el sustento por medio de la mendicacion perambulante; de usar cierto traje distintivo; de habitar en casas de una construccion peculiar, y de procurar utilizar cosas que otros desechan ó descuidan por inútiles, ó descubrir las propiedades medicinales de las plantas no empleadas hasta entonces. No está interdicho á los sacerdotes budas el uso de la carne como alimento, pero sí el matar los animales por su propia mano. En todos los países donde prevalece el budaismo existen conventos para individuos de ambos sexos. Sus procesiones y otras ceremonias del rito van acompañadas de gran pompa y esplendor. Los primeros misioneros cristianos que visitaron el Tibet se maravillaron de hallar alli, en el centro del Asia, monasterios, procesiones, fiestas, una corte pontifical, y varías otras instituciones eclesiásticas muy semejantes á las de la iglesia católica. Debe tenerse presente para explicar en parte esta circunstancia singular que cuando el budaismo fué introducido en el Tibet, los cristianos nectorianos habian fundado establecimientos eclesiásticos en la Tartaria; que los mensageros franceses é italianos que visitaron la corte de los Kanes llevaron consigo adornos de iglesia y altares, y celebraron las ceremonias de su culto en presencia de los príncipes tártaros; y que un arzobispo italiano enviado por Clemente V estableció su sede en Karacorum, y erigió una iglesia en que se celebraba la misa con todas las ceremonias usuales en Europa. No es pues improbable que los lamas cuya corte empezó entonces á ostentar lujo y magnificencia exterior, adoptasen algunas formas del rito católico tal como lo vieron celebrado por aquellos forasteros, originando asi la semejanza que existe en algunos de los ritos y ceremonias de una idolatria y una religion tan esencialmente distintas.

 

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(*) Lengua sagrada de los bracmanes y madre de varios dialectos existentes hoy en la India.

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