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De los indios – Jerónimo de la Escosura

 

COMPENDIO DE LA HISTORIA DE GRECIA –JERÓNIMO DE LA ESCOSURA



Índice

 

RESUMEN DE LA HISTORIA ANTIGUA

Nociones generales sobre los egipcios y pueblos antiguos del Asia

CAPITULO V. De los Indios

La India, parte meridional del Asia, situada entre los ríos Indo y Ganges, es uno de los países más ricos y abundantes en producciones de la naturaleza. Allí se encuentran, además de diamantes y toda especie de piedras preciosas, una gran abundancia de seda, algodón, azúcar, especerías, frutas delicadas, y animales raros y útiles, como camellos y elefantes. El clima es tan cálido que pudieran excusarse muy bien los vestidos; y la tierra tan fértil que casi no hay necesidad de trabajarla.

Los indios, cuyo origen se pierde en la oscuridad de los tiempos, estaban divididos en varias clases o castas, que jamás se mezclaban, y cuyos individuos seguían constantemente una misma profesión. Entre estas había una casta de celadores destinados a dar cuenta al monarca de la conducta de los vasallos, y otra de labradores que gozaban de una tranquilidad muy favorable a la agricultura, pues jamás se les sacaba de sus casas, ni su persona y bienes padecían vejación alguna. La casta principal y que disfrutaba más prerrogativas era la de los Bracmanes, como que en sus manos estaban depositadas la religión y las ciencias, y eran los únicos a quienes las leyes no excluían del gobierno, comercio y agricultura, aunque les prohibían estrechamente dedicarse a otros oficios mecánicos. Las austeras costumbres de los bracmanes excitaban la admiración del pueblo: resistían a píe quieto por largo rato, y con la cabeza descubierta, los más ardientes rayos del sol; acostumbraban el cuerpo a sufrir todo género de dolores; despreciaban la muerte, y se dejaban quemar vivos antes que morir de enfermedad o de puro viejos; y muchos de ellos andaban desnudos, por cuya razón los llamaron gimnosofistas

Su doctrina consistía en la creencia de la metempsicosis, o transmigración de las almas; es decir, que éstas eran castigadas por sus delitos, pasando después de la muerte a animar los cuerpos de animales inmundos y desgraciados, hasta que purificadas por una sucesiva trasmigración volvían a unirse a su origen para disfrutar de una felicidad inalterable y eterna. Creían que el mundo había tenido principio, y que tendría fin igualmente; y que por no haberse sabido aprovechar de su dichosa suerte los primeros hombres fueron condenados a vivir de su trabajo. Solo se alimentaban de vegetales, pues las carnes les estaban prohibidas; y la vida contemplativa que hacían, y el ardiente clima que habitaban, de tal modo exaltaron su imaginación, que llegó a producir en la India las locuras más supersticiosas y extravagantes. Así es que las viudas se creían obligadas a quemarse vivas después de la muerte de sus maridos, bárbara costumbre de que se ven ejemplares aun en el día.

Quieren decir algunos que los números de los árabes y el juego de damas han sido inventados por los indios; más aunque estas invenciones suponen sin duda grande ingenio, fueron los indios en cuanto a ciencias, y particularmente a la astronomía, muy inferiores a los egipcios y caldeos. En la India se creía que la tierra era una superficie plana con una montaña en el medio, alrededor de la cual circulaban los astros.

 

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