HISTORIA DE LA FILOSOFÍA – VOCABULARIO FILOSÓFICO DESCARTES Ejercicios – Conceptos fundamentales explicados
|
![]() René Descartes |
|
ClaridadJunto con la distinción, uno de los rasgos principales de la evidencia. El conocimiento que tenemos de las cosas cuando están presentes, en persona, ante nuestra mente. Como ejemplo de claridad y distinción, y de sus opuestos, oscuridad y confusión, cabe poner ejemplos tomados de la percepción. Cuando decimos «el gato está encima de la cama» mi conocimiento es «claro» si estoy viendo al gato encima de la cama; es «oscuro» si hago dicho juicio sin tener delante de mí a dicho gato. Si miro por la ventana al último árbol del jardín, las ramas que tiene se me presentan de forma «confusa», ya que no soy capaz de ver con precisión cada una de ellas, las percibo mezcladas unas con otras, no veo con distinción los límites de cada una de ellas. Si bajo a la calle, me acerco al árbol y veo cada rama con cuidado, distinguiendo sus partes, los límites y distancias que les separan del resto, entonces tengo un conocimiento «distinto». Fijémonos en las siguientes posibilidades en relación al conocimiento «pienso, luego existo»: 1.Le contamos al taxista que nos lleva a una charla sobre Descartes que toda la filosofía del autor se concentra en dicha frase; el taxista nos puede decir que es verdad, que esa frase, como todo el mundo sabe, es cierta. 2. Durante la charla, el conferenciante nos presenta paso a paso la duda metódica, y dispone nuestra mente de tal modo que nos obliga a dirigir la atención sobre nosotros mismos y nos enseña a vernos como sujetos que piensan. 3. A continuación pregunta a dos oyentes qué piensan; uno de ellos dice a) «pienso en que estoy nervioso, por lo que prefiero que conteste otro»; b) el segundo oyente dice «pienso que Descartes tiene razón puesto que para pensar es necesario existir». Respecto de la proposición «pienso, luego existo», el taxista tiene un conocimiento «oscuro», pues, simplemente, se limita a repetir sin evidencia alguna el tópico de la frase cartesiana; nosotros, que hemos reproducido en nuestra mente cada uno de los pasos de la duda metódica y que hemos conseguido que nuestra mente se perciba a sí misma en el propio ejercicio de la duda, tenemos un conocimiento «claro»; el primer oyente que responde a la pregunta «¿en qué piensa?» indicando que piensa que está nervioso confunde un acto de pensamiento con un acto emocional como es el estar nervioso, por lo que tiene un conocimiento «confuso» de sus propias vivencias; el segundo, que describe su vivencia con un concepto adecuado a lo que realmente vive (un pensamiento), tiene un conocimiento «distinto» de sus vivencias. |
Edición en papel: Historia de la Filosofía. Volumen 2: Filosofía Medieval y Moderna. Javier Echegoyen Olleta. Editorial Edinumen. |